Causas Emocionales de los Huesos

Los huesos, por ser los elementos constitutivos del esqueleto, aseguran la estabilidad de la estatura e intervienen en el movimiento. Por problemas óseos se entienden todas las enfermedades que empiezan con OSTEO (como, por ejemplo, OSTEOPOROSIS). En el caso de fracturas y dolores en los huesos, véase también las definiciones correspondientes.

Los huesos, por ser la parte sólida del cuerpo, representan el sostén.

Un problema óseo se relaciona siempre con el temor de no ser apoyado lo suficiente o no apoyar bien a los demás.

Se presenta en una persona que se desvaloriza o no se siente lo suficientemente fuerte para ocuparse de su propia vida.

La persona que suele sentirse obligada a apoyar a los demás es aquella que necesita que dependan de ella para sentirse importante. No triunfa en la vida por sí sola. Se desvaloriza en cuanto no se siente útil.

Esta es la razón por la que, al envejecer, se suele padecer osteoporosis u otra enfermedad que comience por «OSTEO». Los problemas óseos pueden manifestarse en la persona que le tiene miedo a la autoridad. Se desvaloriza ante ella. Como reacción, intenta volverse autoritaria o dominante.

En el caso de las enfermedades que comienzan con OSTEO y terminan en ITIS, agréguese enojo y véanse las explicaciones sobre las enfermedades inflamatorias.

Con este problema en los huesos, tu cuerpo te envía el mensaje de que creas más en ti y te sientas más fuerte ante ti mismo, reconociendo que tienes más fuerza de la que crees.

También te dice que es momento de que te estabilices en la vida haciendo cosas que te agraden en el mundo físico, sin sentirte culpable y con amor hacia ti mismo.

Tu cuerpo te muestra que tienes todo lo necesario para crear tu propia estabilidad sin depender de los demás.

No necesitas creer que eres «demasiado» ni «demasiado poco», que eres esto o aquello, para ser una persona importante.

Date permiso para valorarte por lo que eres y no por los resultados de los demás, de aquellos a quienes quieres.

Ante la autoridad, date cuenta de que el hecho de que alguien lo sea en un terreno específico no la hace valer más que tú.

Establece contacto con las áreas en las que podrías enseñar a los demás.

Todos y cada uno de nosotros tenemos talentos.

Si no puedes encontrarlos, te sugiero que preguntes a quienes te conocen bien.

Los huesos son el armazón sólido del cuerpo, los pilares.

En el mismo interior del hueso existe la médula, el núcleo más hondo de mi ser, ahí en donde nacen las células inmunes que poseen la habilidad de protegerme.

Los huesos se refieren a mi estructura, el armazón fundamental en el cual está construido mi ser entero.

Por lo tanto, se refieren también a la estructura de las leyes y principios fundamentales con los cuales debo transigir cada día y que están aplicados por la autoridad (policía, maestros, padres, etc.) para permitirme tener cierto apoyo y para que reine el orden.

ACROMEGALIA – HUESOS 

La acromegalia se caracteriza por un crecimiento exagerado de los huesos de las extremidades y del rostro. La hormona de crecimiento se secretará pues en cantidad mucha más grande que lo normal.

Si estoy en esta situación, me pregunto cuál es la situación en que me he sentido más pequeño para alcanzar o realizar un proyecto.

¿Dónde me sentí demasiado pequeño, demasiado diminuto y demasiado débil para poder tomar mi lugar y hacerme respetar?

La respuesta de mi cuerpo fue el crecer desmesuradamente para ayudarme a tomar más fácilmente mi lugar. ¡Le doy las gracias!

ARTICULACIONES

Las articulaciones están compuestas por el conjunto de elementos que permiten que los huesos se mantengan unidos entre sí. Los problemas en las articulaciones se manifiestan con dolor o con dificultad para doblarlas. Consulta el término artritis, que tiene el mismo significado metafísico.

Agrega a ello que los problemas de las articulaciones también indican que la persona tiene problemas para expresar lo que piensa o para tomar decisiones en la vida.

Está cansada y no tiene ganas de actuar. Bloquea sus articulaciones y cada vez se mueve menos.

Una articulación es una parte del cuerpo en la cual se reúnen dos o varios huesos permitiendo un movimiento adaptado (los huesos del cráneo juntados entre sí, se consideran generalmente como articulaciones inmóviles) a la anatomía del cuerpo humano (sinónimo: junta, unión, juntura). La articulación representa la facilidad, la movilidad, la adaptabilidad y la flexibilidad, dando al movimiento gracia y fluidez. Todas estas cualidades simples son posibles con una articulación en perfecto estado. Sin embargo, ella también tiene sus límites. Ya que el hueso representa la forma de energía más “densa”, la más fundamental de mi existencia, los problemas articulares están implicados en todas las componentes fisiológicas del cuerpo humano (tejido, sangre, etc.).

Así es que un trastorno articular indica una resistencia, cierta rigidez en mis pensamientos, en mis acciones o en la expresión de mis emociones frecuentemente inhibidas.

Una inflamación se produce si tengo miedo de ir hacia delante: me vuelvo incapaz de moverme, tengo dificultad en cambiar de dirección, juego el juego del desapego emocional, no actúo con espontaneidad, dudo o rehúso abandonarme a la vida y hacer confianza.

Cuando tengo dolor o dificultad en moverme, mi cuerpo expresa que no quiero comprender (o aceptar comprender) algo que me limita en la expresión del Yo.

Con relación a mi rigidez para comprender, mirando la parte del cuerpo afectada, puedo activar el proceso que consiste a aceptar que tengo algo que comprender.

Por ejemplo, las muñecas, los codos, los hombros o las manos dolorosos indican que debo cesar alguna acción o algún trabajo.

Quiero replegarme sobre mí – mismo (codos) porque estoy cansado o harto de hacer lo que estoy haciendo o de ser lo que soy: ya no quiero ser responsable (hombros). Las caderas, las rodillas y los pies (miembros inferiores) indican que ya no deseo seguir la vida con las dificultades que comporta.

Debo recordarme que la atención sobre un solo y mismo lugar (es decir fijar inconscientemente la energía o la emoción en una sola articulación) puede hacer cristalizar esta energía e inmovilizar la articulación.

En este caso, el proceso de aceptación al nivel del corazón es esencial para integrar la toma de consciencia con relación a esta enfermedad y así liberarse de ella.

Una juntura es un lugar en el cual dos huesos se encuentran. Una dolencia o una enfermedad referente a ésta revela una inflexibilidad con relación a mí- mismo o hacía una persona o una situación.

Puedo encontrar el aspecto de mi vida hacía el cual necesito mostrarme más flexible mirando cuál parte de mi cuerpo está afectada.

¿Son las junturas de mis dedos, de mis muñecas, de mis tobillos, etc.?

ARTICULACIONES – TORCEDURA.

Las torceduras se encuentran al nivel de una u otra de mis articulaciones y se deben a una lesión de los ligamentos de una de éstas.

Las articulaciones representan la flexibilidad y mi capacidad a doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.

La muñeca y el tobillo son la expresión de la energía, justo antes de que se manifieste en lo físico.

La torcedura me indica que aplico los frenos.

Resisto o vivo inseguridad frente a la dirección que tomo (tobillo) o en lo que hago (muñeca) actualmente o lo que podría hacer en una nueva situación.

Vivo culpabilidad y quiero castigarme porque resisto.

Vivo una tensión mental que ya no puede tolerarse.

Dependiendo de mi grado de resistencia, ira, culpabilidad o tensión mental, tendré una torcedura benigna también llamada esguince, en la cual los ligamentos simplemente están distendidos, o una torcedura grave, en la cual los ligamentos están rotos o arrancados.

Tomo consciencia de lo que hacía y sentía en el momento en que sucedió.

Puedo preguntarme:

¿Estoy a punto de hacer algo a lo cual sería mejor renunciar?

¿Me causa tensión o una real angustia el modo en que trato la situación?

¿Estoy sentado en una base inestable y molesta mentalmente?

Acepto tomar el tiempo de volver a orientarme o de hacer los cambios necesarios para que pueda estar bien en mi piel e ir hacia delante libremente.

Acepto la presencia de esta torcedura para llevarme a hacer cambios.

Si la aceptación está hecha, la curación será rápida y total. Pero si, porque ahora no puedo andar o lo puedo hacer muy poco, me desvalorizo y me siento inútil y “bueno para nada”, la curación será mucha más larga.

Por esto tengo ventaja en ver esta situación (la torcedura y lo que implica) de un modo positivo y constructivo.

ARTRITIS

Es una enfermedad reumática de las articulaciones, de naturaleza inflamatoria, que viene acompañada de todos los signos característicos de la inflamación (hinchazón, enrojecimiento, calor y dolor), los cuales se presentan en una o varias articulaciones. El dolor se siente independientemente de los movimientos que se hagan y hace sufrir al enfermo tanto durante el día como en la noche. Además, esta enfermedad produce rigidez en las articulaciones, con la consiguiente molestia para quien la padece.

Desde el punto de vista médico, hay diferentes tipos de artritis. La gravedad del problema nos indicará la gravedad del bloqueo emocional, mental y espiritual existente.

En general, la artritis se manifiesta en personas que son duras consigo mismas, que no se conceden el derecho a detenerse o a hacer lo que les gusta, y además les resulta difícil pedir lo que necesitan. Prefieren que los demás las conozcan lo suficiente para ofrecerles lo que precisan.

Cuando los demás no responden a sus expectativas, se decepcionan y sienten amargura y rencor. Incluso pueden abrigar deseos de venganza, aun cuando se sientan impotentes. Esto les hace experimentar una ira que reprimen muy bien.

Poseen un sentido crítico interno muy fuerte.

El lugar en el que se presenta la artritis indicará qué área de su vida es la afectada. Por ejemplo, si es en las articulaciones de las manos, le beneficiaría adoptar una actitud diferente al trabajar con ellas.

Si necesita ayuda debe pedirla y no esperar a que los demás utilicen la telepatía o adivinen que desea que la ayuden.

Las personas que padecen artritis tienen un aspecto de docilidad, pero en realidad viven con una gran ira interna y rechazan profundamente este sentimiento.

Al igual que la artritis, también las emociones nos paralizan, por lo que estas personas se beneficiarían si dejaran de acumularlas.

Si padeces artritis, revisa por qué te resulta tan difícil pedir lo que necesitas.

Si es porque crees que haciendo lo que te gusta vas a exagerar y a volverte egoísta, te sugiero que revises si esto es cierto.

También te ayudaría consultar la definición de la palabra «egoísta».

Acepta la idea de que te puedes permitir decir «no» cuando no quieras realizar algunas tareas y, si te decides a llevarlas a cabo, debes hacerlas con placer y sin criticarte internamente.

Si te impones muchos deberes porque buscas reconocimiento, confiésalo y reconoce que lo haces por ti y no porque alguien te obligue.

Concédete el derecho de buscar reconocimiento haciendo cosas para los demás.

Si realizas tus tareas con alegría en lugar de criticarte mentalmente, la vida te parecerá más agradable y te volverás más flexible y ágil.

Se define la artritis como la inflamación de una articulación. Puede afectar cada una de las partes del sistema locomotor humano: los huesos, los ligamentos, los tendones o los músculos. Se caracteriza por inflamación, rigidez muscular y dolor que corresponden, en el plano metafísico, a un cierre, crítica, pena, tristeza o ira. Simbólicamente hablando, la gracia y la libertad de movimiento son las principales cualidades, vinculadas a la articulación.

Cuando se vuelve ésta inflexible, o cuando se endurece, la artritis está asociada a cierta forma de rigidez de mis pensamientos (pensamientos cristalizados), de mis actitudes o de mis comportamientos, de tal forma que todas las emociones profundas que debería expresar normalmente, lo son por la manifestación física de esta enfermedad.

Así, la artritis se produce si soy demasiado inflexible, demasiado exigente, testarudo, intolerante, muy moralista, criticón, restringido o demasiado orgulloso con relación a mí – mismo, a los demás o a las situaciones de mi existencia.

Un sentimiento de impotencia acompaña habitualmente el sufrimiento que me frena.

Vivo el sentimiento particular de estar mal amado, de no estar amado y apreciado a mi justo valor, lo cual me trae mucha decepción y amargura frente a la vida y mal humor. Manifiesto entonces un espíritu excesivamente racional.

Critico con frecuencia todo o nada porque tengo miedo a la vida y siento frecuentemente una forma de inseguridad crónica.

Me siento explotado: hago acciones y pongo gestos más para complacer a los demás que por real voluntad e interés, de tal modo que digo “sí” por deber cuando, en verdad, es “no”.

Quizás haya vivido un traumatismo de infancia y me inhibo ahora mis emociones, sin admitir lo que sucedió (ocultación) porque “sufrí mucho en tal experiencia y me permito inconscientemente censurar y quejarme para que los demás puedan comprender hasta qué punto padecí”. Esta manifestación se relaciona con el sacrificio de sí.

La artritis también puede proceder del modo en que me trato o trato a los demás con relación a la crítica.

La artritis también provoca una especie de acción retrógrada; tengo la sensación de volver atrás en el plano energético, como si se me indicara hacer algo más en una dirección diferente, en vez de ir hacia delante.

Ya que mi miedo, mi débil valoración propia y mi rigidez hacen que se creen profundas emociones referentes al porqué, el cómo o a la dirección de mis movimientos en la vida, puedo tener el sentimiento de estar obligado, restringido, inmovilizado o encerrado. Entonces, sentiré una incapacidad a doblar (mi actitud), a ser mentalmente flexible o capaz de abdicar.

La articulación artrítica me indica lo que vivo y me da más informaciones.

Al nivel de las manos (dedos), la pregunta es:

¿Estoy realmente haciendo lo que deseo y lo que quiero hacer?

¿Mis propios asuntos están “bien entre mis manos”?

¿Hay gente a quienes ya no tengo el gusto de “dar la mano”?

Mi libertad y mi espontaneidad en “manejar” lo que sucede en mi universo están limitadas por mi rigidez y mi dureza.

A nivel de los codos:

“Estoy inflexible a los cambios de direcciones por tomar en mi vida?

Permito a los demás ser libres y expresar su pleno potencial?

En las rodillas:

Frente a quién o qué tengo la sensación de tener que arrodillarme y delante de quién o qué no quiero doblar?

A partir de ahora, compruebo mis verdaderas intenciones con relación al amor.

Debo cambiar mi modo de pensar y adoptar una nueva actitud frente a las situaciones de mi vida.

Quedándome abierto al amor que está omnipresente (por todas partes) y expresándolo de modo más honesto, libre y espontáneo, mi corazón será radiante y respetaré a los demás tanto como a mí – mismo. A

mistad, comprensión y perdón son ahora disponibles para mí.

ARTROSIS

Esta enfermedad afecta a las articulaciones de una manera crónica, pero se diferencia de la artritis en que no presenta signos inflamatorios. Las personas que la padecen sufren sobre todo al despertar en las mañanas y les lleva un cierto tiempo poder mover la articulación enferma. La articulación artrosada suele estar limitada para realizar algunos movimientos, y se puede romper.

Existe una similitud muy grande entre la artritis y la artrosis, salvo que en esta última la persona que la padece siente mucha ira y rencor hacia otra persona y no hacia sí mismo, como ocurre en el caso de la artritis.

No se hace cargo de su responsabilidad y prefiere culpar a otros de sus desgracias.

Alimenta un sentimiento de injusticia.

Le beneficiaría tener más compasión hacia los demás y cultivar el entusiasmo.

Es igual al bloqueo mental de la artritis.

Si padeces artrosis, revisa por qué te resulta tan difícil pedir lo que necesitas.

Si es porque crees que haciendo lo que te gusta vas a exagerar y a volverte egoísta, te sugiero que revises si esto es cierto.

También te ayudaría consultar la definición de la palabra «egoísta».

Acepta la idea de que te puedes permitir decir «no» cuando no quieras realizar algunas tareas y, si te decides a llevarlas a cabo, debes hacerlas con placer y sin criticarte internamente.

Si te impones muchos deberes porque buscas reconocimiento, confiésalo y reconoce que lo haces por ti y no porque alguien te obligue.

Concédete el derecho de buscar reconocimiento haciendo cosas para los demás.

Si realizas tus tareas con alegría en lugar de criticarte mentalmente, la vida te parecerá más agradable y te volverás más flexible y ágil.

La artrosis es la manifestación intensificada de la artritis. Es una enfermedad de desgaste articular de los huesos, de origen mecánico y no inflamatorio como la artritis, una agravación profunda de la estructura ósea, localizada o habitualmente generalizada al conjunto del cuerpo. Sin embargo, las articulaciones sometidas a importantes esfuerzos mecánicos son las que más están afectadas, como las de la columna vertebral (vértebras cervicales [del cuello], vértebras lumbares [parte inferior de la espalda]), de las caderas, de la mano, de las rodillas, de los tobillos. El dolor que provoca es de origen “mecánico” y no inflamatorio y aparece habitualmente después de un esfuerzo sostenido y desaparece en reposo (esta enfermedad también lleva el nombre de reuma de desgaste).

Cuando padezco de artrosis, es como si aumentara más mis actitudes, mis esquemas de pensamiento que hace que se repitan acontecimientos en mi vida y mis pensamientos rígidos.

Esta enfermedad está vinculada a un endurecimiento mental, a una ausencia de “calor” en mis pensamientos (el frío y la humedad aceleran la aparición de la artrosis), frecuentemente con relación a la autoridad.

Es la motivación exagerada por cumplir una acción sin buscar el reposo o el equilibrio (me doy hasta el fin de mis límites, sin pararme para saber si me exijo demasiado), una impresión de soportar una persona o una situación que ahora se ha vuelto intolerable, o una fuerte reacción inhibida con relación a una forma cualquiera de autoridad.

Soy muy intransigente y rígido hacía mí – mismo.

¡Mi cuerpo me habla y tengo interés ahora en escucharle!

Puedo integrar esta enfermedad empezando a aceptar conscientemente que vivo una ira y que mis pensamientos son rígidos.

La energía que fluye a través mío es fluida, armoniosa, en movimiento.

¡Quedándome abierto de corazón a esta energía y reconociendo que tengo que cambiar algo, puede invertir el proceso y mejorar mi salud!

Me vuelvo más flexible y acepto a los demás como son, sin querer cambiarles.

La flexibilidad al nivel de mi cuerpo físico entonces reaparecerá.

DEFORMIDAD – HUESOS 

Los huesos pueden deformarse a causa de la presión que me impongo o que tengo la sensación de tener que soportar. Soy más rígido mentalmente. Tengo que aprender a ser más flexible con relación a mis principios de vida. Mi apertura mental me permitirá apreciar diferentes facetas de la vida y descubrir que el amor es presente bajo diversos aspectos.

DISLOCACIÓN – HUESOS – 

La palabra dislocación (dis-locación significa una “pérdida de locación), como si estuviese fuera de circuito o en una vía totalmente contraria a lo que está sucediendo.

Una dislocación está vinculada a un profundo sentimiento de desequilibrio.

Al nivel de la articulación, el hueso se desplaza y “sale” totalmente del sitio de ésta.

La dislocación me revela hasta qué punto no estoy o no me siento en la buena dirección.

El hueso está vinculado al núcleo de mi ser, a la energía fundamental, la dislocación indica un profundo cambio en la energía más profunda de mi ser.

¿Aún tengo mi lugar en el universo?

¿Qué es lo que me molesta al punto de sentirme tan confuso?

Compruebo y acepto hacer la(s) toma(s) de consciencia que se imponen, lo cual me permitirá superarme y ver algo nuevo en mi vida.

La dislocación es lo bastante dolorosa como para que tome consciencia de que debo cambiar para no volver a vivirla.

HUESOS (cáncer de los…) 

Si tengo un cáncer de los huesos, vivo un conflicto muy profundo en el cual tengo la impresión que no valgo nada, que soy menos que nada.

Tengo la sensación de no tener ningún valor y estoy tan lleno de emociones que guardo para mis adentros las que me mojan hasta los huesos.

Puede que viva una situación en que mis estructuras y mis principios están fundamentalmente quebrantados, o puestos en entredicho.

Esta situación puede haberme pillado por sorpresa y me siento alcanzado hasta el hueso.

Debo aprender a reconocer mis cualidades.

Haciéndome más abierto y flexible podré más fácilmente transigir con lo inesperado y lo “no – convencional”.

Aprendiendo a expresar lo que vivo, las emociones que vivo frecuentemente muy intensamente, podré curar y mis huesos podrán regenerarse.

HUESOS (cáncer de los…) sarcoma de EWING

Es una forma de cáncer de los huesos que es más susceptible de sucederme entre los 10 y los 15 años, aunque sea escaso.

Este cáncer afecta los huesos de mis piernas, esto significa un gran miedo de andar por la vida.

Temo no tener todo lo necesario para “afrontar” el futuro.

Mi cuerpo grita de dolor delante de la inseguridad que me habita.

Me parece que no tengo la talla para insertarme en el mundo de los adultos.

Aprendo a confiar en la vida sabiendo que ésta me aportará las ocasiones que necesito para vivir en sociedad.

DOLORES DE LOS HUESOS

Dolencias o enfermedades de los huesos reflejan, incluido el cáncer de los huesos, una rebelión frente a esta autoridad a la cual resisto y frente a la cual incluso puedo ir hasta rebelarme, sintiéndome incapaz o impotente para actuar frente a cierta situación dictada, sometida a ciertas leyes o principios existentes.

Puedo preguntarme si me siento profundamente trastornado o perturbado con relación a mis creencias básicas, a mis convicciones íntimas.

Si una dolencia o una enfermedad afecta mis huesos, debo preguntarme frente a cual faceta o aspecto de mi persona me desvalorizo.

Si miro y analizo cuál parte del esqueleto está afectada, tendré una buena indicación en cuanto al aspecto de mi existencia que está tocada.

FRACTURA (…ósea) – HUESOS – 

Una fractura es la rotura de un hueso provocada muy frecuentemente por un traumatismo violento, salvo en los ancianos, cuyos huesos se han vuelto muy frágiles por la osteoporosis.

Es importante observar la utilidad de la parte del cuerpo donde se produjo la fractura para obtener más detalles de su significado.

Además de consultar esa parte del cuerpo, véase también problemas en los huesos y accidente, agregando que hubo una falta de aceptación de una ruptura o temor ante una futura lesión.

Los huesos representan la estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.

Cuando hay fractura, ésta es la indicación de que vivo actualmente un conflicto interior profundo.

Puede estar en relación con rebelión o reacciones frente a la autoridad (de la cual quiero cortarme).

Esta fractura me señala que no puedo seguir así y que se impone un cambio.

La localización de la fractura me informa en cuanto a la naturaleza de este conflicto.

Si la fractura tuvo lugar en un accidente, hay que ver cuál es la culpabilidad que vivo con relación a esta situación.

Los huesos representan también el sostén, la estabilidad y una fractura puede ser un aviso de que he de separarme de mi pasado, dejarlo ir con flexibilidad para evitar un estrés inútil y pasar a otra etapa de mi evolución.

Me condicionan mis normas hacía mí – mismo o la sociedad al punto de que exija cierta perfección e incluso sea rígido?

¿Presté más atención en las actividades físicas en detrimento de los aspectos espirituales de mi vida?

Para recobrar esta libertad interior, tomo consciencia de lo que me molesta.

Acepto amarme suficientemente para expresar lo que siento.

Encontrando otra vez mi libertad interior, recobro la libertad de mis movimientos.

OSTEOMIELITIS – HUESOS – 

La osteomielitis es una infección del hueso y de la médula del hueso que suele afectar una parte situada cerca de una articulación y se produce generalmente en los niños o los adolescentes. La osteomielitis se encuentra sobre todo en los huesos largos tales como la tibia, el fémur, el húmero. Las articulaciones dan movimiento y expresión a la energía contenida en mis huesos.

Una infección implica una irritación que crea una debilidad interior.

Vivo ira y frustración frente a la autoridad y frente al modo en que la vida está estructurada y ‘regimentada”.

También puedo tener la impresión de no estar bastante sostenido y soportado.

Pero, debo aprender a hacer confianza, a soltar y a aceptar que el Universo me soporta.

La infección sólo quiere evidenciar ciertos conflictos que vivo actualmente.

Si la osteomielitis viene de una herida anterior, es posible que las causas originales de esta herida no hayan sido aún tratadas.

OSTEOPOROSIS – HUESOS – 

La osteoporosis implica una pérdida de la trama proteica de los huesos que se vuelven porosos.

Implica una pérdida en la intención del deseo de “ser”, una pérdida de interés y de motivación de estar “aquí” en el nivel más profundo de sí.

Vivo desanimo. Estoy cansado de siempre tener que luchar contra la autoridad o contra las leyes del ser humano.

La osteoporosis aparece normalmente en la mujer después de la menopausia.

Al estar afectados los huesos, es decir mis estructuras y creencias de base, puedo preguntarme cuáles son las creencias a las cuales me engancho y que quizás debería cambiar ya que ahora, ya no puedo tener hijos.

Aún puedo ser “útil” y “productiva” no en lo que a procreación se refiere sino a otros niveles, tanto personal como social o profesional y esto se revela igualmente valorizador y enriquecedor.

Debo pues superar esta tendencia a desvalorizarme, pensando que soy inútil, “bueno para nada”.

He de confiar en la vida y hallarme nuevas fuentes de motivación.

VEMOS TAMBIÉN ACCIDENTE – HUESOS

Un accidente es un suceso no previsto, por lo que es frecuente que se considere producto del azar. Con mucha frecuencia se oye decir que el azar no existe. Lo importante de un accidente es observar qué parte del cuerpo resulta herida, así como la gravedad de la lesión. Si el accidente produce una fractura, consulta dicha palabra, además de la presente.

El accidente se produce para que la persona se dé cuenta de que se siente culpable, que se acusa de algo en el nivel del YO SOY. Por ejemplo, una madre está realizando sus quehaceres y su hijo la llama desde otra habitación de la casa. Ella finge no haber oído porque le parece que puede esperar y, al seguir haciendo sus labores, se cae y se lastima una pierna. Si se hiciera la pregunta: “¿En qué estaba pensando?”, se daría cuenta de que se estaba sintiendo como una madre sin corazón. Por ello se lastimó la parte del cuerpo que contribuyó a que fuera una madre así.

Tener un accidente es una de las formas que los seres humanos utilizan para neutralizar su culpabilidad. Creen que así pagan su culpa. Desafortunadamente, todo esto sucede de un modo inconsciente.

Cuando los efectos de un accidente son lo bastante graves para impedir que la persona trabaje o haga alguna cosa en especial, estamos ante una forma inconsciente de concedernos un descanso.

Esta persona se sentiría demasiado culpable si decidiera conscientemente darse un respiro.

Debes revisar tu percepción mental de la culpabilidad.

De acuerdo con nuestro sistema legal, una persona es declarada culpable cuando se comprueba, sin lugar a dudas, que quiso hacer daño intencionalmente.

Te sugiero que te preguntes, cada vez que te acuses, si de veras tuviste la intención de causar daño. Si no fue así, deja de acusarte, pues no hay razón para el castigo.

En el ejemplo antes citado, ¿crees que la madre quería hacerle daño a su hijo? Por otro lado, cuando una persona es culpable, la ley de causa y efecto se ocupa de ella, porque todo nos regresa según nuestra intención.

Una persona prudente y responsable se reconoce culpable cuando es el caso, pide perdón a la persona perjudicada y acepta la idea de que un día aquello le será devuelto.

Al ser consciente, lo vivirá de una forma armoniosa, en la aceptación, y sabrá que todo está en orden, de acuerdo con la justicia divina.

Si tu accidente fue provocado de manera inconsciente para poder descansar, es importante que te des cuenta de que podías haberte permitido ese descanso sin causarte daño, utilizando un medio mucho más sencillo: plantear abiertamente tus necesidades.

Si tu accidente es importante y te produce un gran dolor, como en el caso de una FRACTURA, ello indica que tienes pensamientos de violencia hacia alguien; poco importa que seas consciente de ellos o no. Como no te puedes permitir este tipo de actitud y esta violencia ya no puede ser contenida, se vuelve contra ti.

Debes liberarte y expresar lo que sientes hacia la persona involucrada, sin olvidar perdonarte por estos pensamientos.

El accidente suele ser sinónimo de culpabilidad. Está conectado con mis culpabilidades, con mi modo de pensar y con mi funcionamiento en la sociedad.

También denota cierta reacción hacía la autoridad, incluso varios aspectos de la violencia. Puede suceder que tenga dificultad en afirmarme frente a esta autoridad, a hablar de mis necesidades, mis puntos de vista, etc. Entonces “me hago violencia” a mí – mismo.

El accidente indica una necesidad directa e inmediata de pasar a la acción.

La necesidad inconsciente de cambio es tan grande que el pensamiento usa de una situación extrema, incluso dramática para que tome consciencia que debo probablemente cambiar la dirección que actualmente estoy tomando.

Es una forma de auto – castigo consciente o inconsciente.

La parte del cuerpo herida durante el accidente habitualmente ya está enferma o debilitada, bien por una enfermedad, una dolencia, un corte, una quemadura o cualquier predisposición a los accidentes.

El accidente me permite observar esta debilidad haciéndola subir a la superficie.

El accidente también es mi incapacidad a verme y a aceptarme tal como soy.

Ya que soy responsable al 100% de mis actos y de mi vida entera, puedo explicarme más por qué me he atraído tal forma de accidente.

¿Atraído, dice Ud.? Sí, porque todo esto viene de mis pensamientos más profundos, de mis “patrones” (esquema de pensamiento que hace que se repitan acontecimientos en mi vida) o esquemas de pensamiento de infancia.

Es muy posible que me atraiga castigos si, hoy, tengo la sensación de hacer algo y de no estar correcto.

Exactamente como en mi infancia; me castigaban cuando no estaba correcto. Está esto grabado en mi mental y es tiempo de cambiar mi actitud.

El lado “moral” del ser humano lo lleva a castigarse si se siente culpable, de aquí el dolor, las aflicciones y los accidentes.

Es capital saber que puedo sentirme culpable en una situación cualquiera si y sólo sé que hago daño a otra persona.

En todas las demás situaciones, soy responsable pero no culpable.

Debo recordarme que soy mi propia autoridad (en el sentido de individuo).

Necesito tomar mi lugar en el universo.

Debo cesar de hacerme violencia.

Como ya lo escribí anteriormente, el accidente está vinculado a la culpabilidad y ésta, al miedo con relación a una situación.

El miedo a no estar correcto se percibe frecuentemente bajo el aspecto de la culpabilidad en vez del de la responsabilidad.

Frecuentemente el accidente me obliga a cesar o frenar mis actividades.

Sigue algún período de planteamiento.

Manteniéndome abierto y objetivo con relación a mí – mismo, descubriré rápidamente la o las razones de dicho accidente.

¿Perdí el control de la situación?

¿Es para mí el momento de cambiar de orientación?

¿Tengo dificultad en escuchar los signos interiores o mi intuición, de tal modo que me atraigo un signo radical en el plano físico?

¿Observé cómo se produjo el accidente?

¿Cuál era mi estado antes y después?

Es muy importante volver a ver las condiciones que rodean el accidente; analizo las palabras usadas y tomo consciencia que ponen en evidencia lo que vivo en el momento del accidente.

Observo todos los signos y símbolos de esta situación (accidente) y escucho mi voz interior para encontrar una solución que me evitará probablemente empeorar todo esto.

La predisposición a los accidentes es un estado que se produce durante una relación conflictual con la realidad, la incapacidad de estar plenamente presente y consciente del universo tal y como se presenta a mí.

Es como si quisiera estar en otro lugar.

Estoy desconectado de lo que sucede alrededor mío, quizás porque encuentro mi realidad inaceptable o difícil de vivir.

Necesito estar mejor conectado sobre mí – mismo para descubrir mi seguridad y mi confianza interiores.

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