Meditar con los ojos abiertos
Puede parecer raro poner en una misma frase “meditación” y “ojos abiertos”, pero se trata de una práctica que puede resultarte muy productiva. La meditación se suele hacer con los ojos cerrados por una buena razón: es más fácil no distraerse. No obstante, meditar con los ojos abiertos te permitirá desarrollar la capacidad de relajarte en cualquier situación, al tiempo que aprecias cualquier circunstancia que estés experimentando. Instrucciones 1.- Inicia la práctica con la intención de meditar con los ojos abiertos de forma regular. Al principio, puedes elegir un lugar y una hora donde estés relativamente libre de distracciones; aunque también podrías descubrir que una práctica más espontánea te funciona mejor. Cuando te sientas preparado, traslada el ejercicio a las experiencias cotidianas -practícalo, por ejemplo, mientras esperas el autobús o cuando estés...