Recuerda: este símbolo indica una pausa. No sigas leyendo cuando llegues a esta pausa y date un tiempo de explorar tu propio darse cuenta, siguiendo las instrucciones.
Resentimiento – Aprecio
Piensa en alguien de quién estés realmente resentido, alguien que te moleste, que te irrite, o alguien con quien tengas alguna dificultad. Imagina que esa persona está frente a ti, mirándote. Visualiza detalladamente a esa persona…
¿Qué aspecto tiene su cara y cómo te mira a ti?…
Ahora expresa directamente tu resentimiento a esa persona “José, estoy resentido por…” Sé muy específico y di exactamente de qué estás resentido. Intenta obtener la sensación de comunicarte realmente con esa persona…
Tómate algún tiempo y expresa una larga lista de cosas por las que estás resentido con esa persona…
Repasa ahora la misma lista de resentimientos, tacha la palabra resentir y sustitúyela por apreciar. Repite la lista efectuando dicho cambio. Haz una pausa un vez que lo hayas hecho, como si te estuvieras probando una camisa. Nota cómo te sientes mientras dices cada frase y mira si logras algún tipo de entendimiento. Por Ejemplo, si mi resentimiento es : “Estoy resentido por tu debilidad, porque tengo que hacer las cosas por ti”, cuando vuelvas a la frase puedes decir “Yo aprecio tu debilidad, me hace sentir fuerte y capaz” Emplea algunos minutos en hacer esto y mira si puedes descubrir alguna apreciación en lo que te produce resentimiento…
Debilidad – Fortaleza
Cierra los ojos y dirige tu atención hacia adentro…
Toma contacto con tu existencia física…
Quiero que mantengas una conversación en silencio entre debilidad y fortaleza. Me gustaría que comiences siendo la debilidad que le habla directamente a la fortaleza. Podrás comenzar con algo así como: “Soy tan débil y tu tan fuerte, puedes hacer tantas cosas”. Se la debilidad y háblale a la fortaleza durante un rato y toma conciencia de cómo te sientes físicamente mientras haces esto….
Proporciona detalles específicos respecto de cómo eres débil tu y de cómo es fuerte el otro…
Ahora cambia de roles y conviértete en la fortaleza que responde a la debilidad…
¿Qué es lo qué dices como fortaleza y cómo lo dices?…
Y ¿Cómo te sientes respecto a la debilidad?…
Ahora dile a la debilidad que hace por ti ser fuerte…
Cambia de roles ahora y se la debilidad nuevamente…
¿Qué le respondes a la fortaleza y cómo te sientes haciendo esto?…
Dile ahora a la fortaleza que hace por ti ser débil…
Cuéntale a la fortaleza de tu debilidad. Cuéntale todas las ventajas de ser débil, cómo puedes utilizar tu debilidad para manejar a los otros y conseguir su ayuda etc. Da detalles específicos acerca de la fortaleza de tu debilidad…
Ahora conviértete en la fortaleza otra vez y responde la debilidad…
¿Qué dices cómo fortaleza y cómo te sientes ahora?…
Habla ahora de la debilidad en tu fortaleza. Cuéntale de las desventajas de ser fuertes, cómo otros se respaldan en ti y consumen tus energías, etc. Da detalles específicos de la debilidad de tu fortaleza…
Vuelve a ser la debilidad y responde a la fortaleza…
¿Cómo te sientes ahora y qué dices?…
Continúa este diálogo durante un rato por tu cuenta. Cambia de roles siempre que lo desees, pero mantén este diálogo entre debilidad y fortaleza. Observa lo que puedes descubrir…
Este tipo de diálogo interno, puede ser inmensamente útil para señalar la relación que existe dentro del individuo, entre cualquier par de gente, roles, cualidades o aspectos complementarios.
Puede ser particularmente útil para el logro de comprensión entre grupos en conflicto, maestros y alumnos, negros y blancos, formales y hippies etc. Todas nuestras relaciones con la gente están enrarecidas por nuestras imágenes respectivas. Si puedes identificarte con la oposición entre tus propias imágenes, clarificarla, y reducirla, entonces puedes empezar a ver gente real detrás de las imágenes de ellos.
También puedes emplear este tipo de experimento empleando dos personas que jueguen los roles opuestos y vayan cambiando entre ellos. Algunos otros juegos de opuestos muy útiles son: marido-mujer, padre-hijo, planificador-espontáneo, extraño-familiar, sincero-falso, patrón-empleado, macho-hembra, elegante-desaseado, responsable-irresponsable, cuerpo-espíritu, listo-estúpido, etc. Nota con qué tienes dificultades en tu vida y luego reduce esta dificultad a una persona en particular, a un comportamiento o una cualidad y trabaja con eso en un diálogo.
Si realmente te dedicas por completo al diálogo, descubrirás la simetría y similaridad que existe detrás de la oposición aparente. En el ejemplo de la fortaleza de la debilidad y la debilidad de la fortaleza, y también que las dos partes usan medios diferentes para hacer la misma cosa: controlarse una a la otra.