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5 formas sutiles en que tu salud emocional queda dañada

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5 formas sutiles en que tu salud emocional queda dañada

¿Sabes que, más allá de los factores externos, uno de los peores enemigos de tu salud emocional eres tú mismo? Deja de aplazar tus sueños y empieza a construir tu propia felicidad

Tu salud emocional es como una delicada hoja de cristal que puede romperse con la más mínima alteración. No importan las apariencias, las sonrisas o el decir “yo puedo con todo”o “por supuesto que estoy bien”.

Las apariencias más fuertes encierran en realidad complejos mundos interiores. Los más fuertes también se cansan de serlo porque, en su ser interno, esa hoja de cristal se halla fragmentada, hecha añicos.

La buena noticia es que nuestra salud emocional puede repararse. Si atendemos cada día con amor esa delicada hoja, el sol la iluminará para darnos aliento en cada momento.

En este artículo te vamos a proponer lo siguiente: que hagas un buen contrato emocional contigo mismo. Todo buen contrato implica cumplir un compromiso.

El nuestro va a basarse en priorizarnos un poco más, en escucharnos, en poner límites y alimentar las raíces de la autoestima. Es fácil de poner en práctica: solo requiere voluntad y valentía.

Asimismo, es vital también que detectes al instante en qué momento nuestra salud emocional está siendo vulnerada. Te lo explicamos a continuación.

1. El cansancio que trae el desánimo y el mal humor

Hay muchos tipos de cansancio. El agotamiento físico se relaciona con un esfuerzo puntual o mantenido a lo largo del día.

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También podemos experimentar el cansancio mental. Hechos tan comunes como mantener la atención durante mucho tiempo, el cumplir unos objetivos o estar en un contexto demandante o exigente también nos agota.

Ahora bien, en nuestro caso, y a la hora de hablar de salud emocional, también está ese cansancio que nada tiene que ver con un esfuerzo físico.

– El malestar basado en la infelicidad que se acumula y no se afronta. Ese que, tarde o temprano, se psicomatiza en nuestro cuerpo.

– El dejarnos llevar por voluntades ajenas, sin imponer o defender nuestras necesidades, también desgasta.

– Acumular decepciones, tristezas y no aplicar estrategias de afrontamiento, al final, provoca agotamiento.

Estos son, sin duda, indicadores que debemos tener en cuenta sobre el estado de nuestra salud emocional.

2. Decir “sí” cuando deseamos gritar un “no”

Todos lo hacemos, en mayor o menor medida. Nos amoldamos a las opiniones o designios ajenos para encajar, para armonizar en nuestros contextos cotidianos.

– Hacerlo de vez en cuando para socializar no tiene excesivas consecuencias. El problema se cristaliza cuando este comportamiento se convierte en norma,hasta el punto de llevar una vida totalmente opuesta a nuestros deseos.

– Autoafirmarnos no es actuar con egoísmo ni con prepotencia. Decir “sí” sin miedo y “no” sin culpa es necesario para nuestra salud emocional.

3. Vínculos emocionales que aún no has roto del todo

Hay momentos en nuestra vida en que nos auto-percibimos como felices, como eficaces en cada cosa que hacemos o llevamos cabo. Sin embargo, sentimos un vacío, una espina.

Hechos tan comunes como no haber roto por completo con nuestro pasado emocional nos impiden avanzar.

– Tener problemas no resueltos con nuestra familia, el evocar a cada momento relaciones afectivas del pasado a pesar de haberlas terminado son vínculos cargados de dolor.

– Para cuidar de nuestra salud emocional es necesario cerrar etapas de forma efectiva. Para lograrlo, en primer lugar, tenemos que saber perdonar.

– A pesar de que dar un perdón no es fácil, es esencial. Piensa que acumular odio, despecho o resentimiento nos vincula aún más a ese pasado. Somos prisioneros del recuerdo.

4. Vivir un tipo de realidad que no te hace feliz

Tal vez sea el trabajo, donde no te valoran, donde no te sientes realizado. Puede que sean tus amistades, alguien de tu familia o tu pareja.

– Cada día intentas convencerte de que no debes sentirte así. Al fin y al cabo “nadie te hace daño”, “todos te respetan”. Sin embargo, no eres feliz y, por mucho que te esfuerces, esa sensación no va a cambiar solo con desearlo.

– Si es lo que sientes en estos momentos, párate a analizar tu situación. No puedes avanzar a contracorriente cuando no te sientes realizado.

5. Tu salud emocional queda afectada si eres tu propio enemigo

La salud emocional no queda afectada únicamente por cómo nos tratan las personas que nos rodean. A veces, nosotros mismos nos auto-saboteamos, nos hacemos daño mediante los siguientes mecanismos:

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– Cuando no te valoras y te comparas a cada momento con los demás.

– Te saboteas a ti mismo cuando aplazas tus sueños, cuando te dices “yo no puedo”, “yo no sé”, o “mi tren ya ha pasado”.

– Nos hacemos daño cuando vemos problemas donde caben las soluciones.Cuando vemos el fin del mundo en lugar de propiciar nuevos amaneceres.

– Atacamos nuestra salud emocional cuando seguimos alimentando relaciones tóxicas en lugar de ser valientes y decir adiós.

– Eres tu propio enemigo cuando no te amas como mereces, cuando te focalizas solo en tus errores y fracasos en lugar de confiar en tus capacidades.

Para concluir, recuerda lo que te hemos señalado al inicio: pacta un buen contrato emocional contigo mismo, ahí donde cuidar cada día de tu autoestima, y donde quede permitido construir tu propia felicidad.

¡Vale la pena ponerlo en práctica!

http://mejorconsalud.com/

Fuente: Ashamel Lemagsa

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