Sientes constantemente un profundo agotamiento y luchas con problemas para conciliar el sueño. Día tras día, experimentas una intensa sensación de pesimismo y ansiedad, lo que afecta negativamente tu estado emocional y mental. Las circunstancias de tu vida cotidiana parecen deteriorarse: tu familia, trabajo, amigos y asuntos personales parecen desviarse de su curso normal sin una explicación aparente. Te preguntas qué está pasando…
Desde una perspectiva psicológica, un profesional podría identificar esta situación como «depresión». Sin embargo, existe otra visión más amplia: podrías estar siendo objeto de influencias psíquicas adversas. Sí, es posible que alguien o «algo» esté manipulando energías y fuerzas que trascienden lo ordinario, con la intención maliciosa de causar daño. En algunos casos, estos daños pueden ser irreparables para el individuo. ¿Te encuentras siendo afectado por influencias psíquicas negativas?
¿Qué es el ataque psíquico?
Los ataques psíquicos se definen como la manipulación de energías y fuerzas que trascienden lo convencional. Estos ataques se desencadenan cuando ciertas vibraciones energéticas negativas y sombrías son canalizadas por un individuo o incluso por lo que se podría denominar un «ser dimensional», hacia su víctima. El propósito de estos ataques es perturbar tanto el cuerpo energético como el físico de la persona afectada. La fuente de esta energía negativa puede ser variada: desde un espíritu o entidad, hasta una forma de pensamiento o una energía oscura y negativa.
Inicialmente, un ataque psíquico se lanza con la intención consciente de causar daño a la víctima o a su entorno, como su familia. Estas energías negativas son proyectadas en forma de pensamientos, los cuales a menudo están enraizados en sentimientos como la envidia, los celos o la ira hacia la persona afectada. Estos pensamientos pueden provenir de personas cercanas, como amigos o familiares, aunque en algunos casos incluso pueden ser emitidos por individuos desconocidos para la víctima. Comparado con el «Mal de Ojo», el ataque psíquico se considera una manipulación energética mucho más peligrosa, debido a su potencial destructivo.
El emisor de estos pensamientos está impulsado por emociones negativas como el resentimiento, la envidia o la hostilidad. Un ataque consciente es cuando alguien busca activamente infligir daño a su víctima sin recurrir necesariamente a la magia negra, la brujería o hechizos. Sin embargo, en algunos casos, el ataque psíquico puede llegar a ser aún más perjudicial si se combina con rituales o prácticas mágicas, lo que puede llevar a consecuencias destructivas y difíciles de reparar.
Espíritus oscuros, entidades y bajos astrales
Además de la posibilidad de un ataque psíquico perpetrado por un individuo, también existe la noción de la presencia de espíritus oscuros y entidades que poseen la capacidad de moverse a través de cuerpos físicos y campos energéticos, ejerciendo influencia sobre los pensamientos, palabras, acciones, deseos y emociones de las personas. Estos seres tienen el potencial de trastocar profundamente la esencia de un individuo al asentarse en sus auras y cuerpos físicos.
Cuando un ser humano se ve invadido por estas entidades o espíritus, la consecuencia es la pérdida de control sobre sí mismo. Estas «entidades» toman control de manera tal que adoptan los atributos físicos, padecimientos y comportamientos de la persona afectada. El grado de esta influencia puede ser tan pronunciado que llega a dar la impresión de que la personalidad de la víctima ha sufrido un cambio total y absoluto.
En estos casos, la entidad o espíritu oscuro se convierte en un factor determinante en la manera en que la persona piensa, se comunica, actúa y experimenta emociones. Este fenómeno puede manifestarse de manera drástica, dando lugar a una aparente transformación del individuo. Es crucial entender que este tipo de situación puede llevar a un conflicto interno profundo, ya que la víctima se encuentra luchando contra la influencia y control externos sobre su propia identidad.
¿Puedo realizar un ataque psíquico?
Indudablemente, estamos susceptibles a ser influenciados por energías sombrías. Períodos prolongados de enojo, furia, resentimiento, amargura, deseos de venganza y diversos tipos de miedos ejercen una atracción hacia estas energías negativas. Es natural que en algún momento de la vida una persona pueda experimentar ira o incluso perder el control en ciertas situaciones, pero estos episodios no necesariamente convocan a la oscuridad. Son las fases extendidas y sostenidas en el tiempo las que configuran esta atracción energética. De hecho, las emociones negativas que quedan reprimidas pueden eventualmente transformarse en una suerte de entidad propia.
La violencia en sus formas física, emocional y mental actúa como un poderoso imán para todo tipo de energías negativas y oscuras. Del mismo modo, el uso habitual de drogas y alcohol también genera una atracción hacia este tipo de energías. Ciertamente, disfrutar de una copa de vino en un contexto social no tiene un impacto significativo en nuestros campos energéticos. No obstante, cuando se desarrolla una dependencia del alcohol o las drogas, nuestras auras se debilitan de manera considerable, y esto crea un ambiente propicio para que las influencias negativas encuentren un punto de entrada en nuestra energía.
Es esencial comprender que la frecuencia y la intensidad de estas energías oscuras están vinculadas con los estados emocionales y las elecciones que hacemos en nuestra vida cotidiana. Mantener un equilibrio emocional y evitar comportamientos destructivos contribuye a mantener nuestras energías en un estado más armonioso y resistente a las influencias negativas.
Síntomas de un ataque psíquico
Estos son algunos ejemplos de las experiencias que una persona podría enfrentar durante un ataque psíquico:
- Pesadillas vívidas y aterradoras que se sienten extraordinariamente reales.
- La percepción del atacante como una figura demoníaca, ya sea en sueños o en pensamientos.
- Sensación constante de fatiga y agotamiento sin una causa discernible.
- Dolor persistente que se localiza en una región específica y sigue un patrón regular.
- Desarrollo de enfermedades o dolores en áreas específicas del cuerpo (lugares vulnerables) que el atacante podría conocer.
- Dificultad para mantener la concentración y una tendencia hacia la pereza al realizar tareas diarias.
- Intensos dolores de cabeza acompañados de episodios de vómitos o mareos.
- Cuestionamiento recurrente de los propios objetivos y propósito en la vida.
- Sensaciones depresivas que afectan el estado de ánimo general.
- Presencia constante de pensamientos e imágenes relacionados con el atacante en la mente.
- Sensación persistente de ser observado, incluso en momentos en los que se está seguro/a de estar solo/a.
- Percepción y avistamientos de sombras inusuales.
- En los casos más graves, el ataque psíquico podría generar sensaciones similares a ataques cardíacos o incluso pensamientos suicidas.
Es importante mencionar que, antes de concluir que uno está siendo víctima de un ataque psíquico, es fundamental descartar cualquier posibilidad de enfermedades diagnosticadas por profesionales médicos. Las condiciones de salud deben ser evaluadas para garantizar un enfoque completo y adecuado hacia la comprensión de las experiencias que la persona está viviendo.
Cómo protegerte de los ataques psíquicos
El aspecto primordial consiste en desarrollar una conciencia aguda respecto al ataque psíquico, logrando identificar los acontecimientos excepcionales que surgen en tu vida. Este proceso es esencial para mitigar en un 75% el impacto del ataque.
- Buscar asistencia de los guías espirituales y ángeles protectores para poner fin al ataque.
- Es vital abstenerse de canalizar energía o pensamientos similares hacia el agresor.
- Para aquellos capaces de visualizar mentalmente al atacante, imaginar una ducha donde una luz blanca o dorada desciende del cosmos para iluminar cada fibra de su ser.
Los expertos señalan que la defensa más significativa ante los efectos de un ataque psíquico radica en el cultivo de una fortaleza emocional y mental. Esto implica mantener una estabilidad constante y evitar que otros perciban tus temores, dado que estas revelaciones podrían interpretarse como debilidad. En situaciones extremas, es prudente buscar el respaldo de un experto de confianza para afrontar la situación de manera adecuada.
[…] eres bastante intuitivo, entonces también puedes ser más susceptible a captar energía negativa, ataques psíquicos o incluso entidades negativas. Con frecuencia me preguntan cómo ayudar a un niño o adulto que se […]