¿Estás deprimida? ¡A quemar incienso!
Siempre me pregunté por qué todas las religiones del mundo queman en sus rituales algún tipo de sustancia natural que produce humo y aromas. Sándalo, palo santo, incienso, mirra, o algunas que desconozco por completo.
La cuestión es que acabo de cruzarme con un artículo de la revista Science Daily en el que se ha publicado el resultado de una investigación de un equipo internacional, entre ellos investigadores de la Universidad Johns Hopkins y de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en el que se describe cómo quemar incienso (resina de la planta Boswellia) activa los canales iónicos en el cerebro para aliviar la ansiedad o la depresión.
«Al margen de la información derivada de los textos antiguos, los componentes de Bosweilla no habían sido nunca investigados para determinar su efecto psicoactivo», dijo Raphael Mechoulam, uno de los coautores del estudio de investigación. «Encontramos que el acetato de inciensola, un componente de la resina de Boswellia, cuando se probó en ratones redujo la ansiedad y tuvo un efecto antidepresivo.»
Me llamó la atención justamente porque siempre pensé que ahumar y aromatizar rituales tenía tan solo un valor simbólico. Pero al parecer hay más que eso.
Para determinar los efectos psicoactivos del incienso, «los investigadores administraron acetato de inciensola a una población de ratones, y se encontraron con que el compuesto afectaba de manera significativa las zonas cerebrales involucradas con las emociones y los circuitos nerviosos que se ven afectados por la ansiedad y la depresión. Específicamente, el acetato de inciensola activó una proteína llamada TRPV3, que está presente en el cerebro de los mamíferos y también juega un papel en la percepción de la calidez de la piel».
Pero mucho cuidado, porque aquí se hace referencia a la sustancia natural y no a los sahumerios que habitualmente usamos. El incienso se obtiene de diferentes especies de Boswellia, un árbol que crece en el Cuerno de África y la Península Arábiga.
«La morfina proviene de las amapolas, los cannabinoides de la marihuana y el LSD de los hongos, cada uno de ellos se ha utilizado en una u otra ceremonia religiosa», explica el artículo. «El descubrimiento de cómo el acetato inciensola, purificado de incienso, trabaja en objetivos específicos en el cerebro también puede ayudarnos a entender las enfermedades del sistema nervioso. Este estudio también se proporciona una explicación biológica a prácticas espirituales milenarias que persisten en la actualidad».
Fuente: Mujer yahoo