Ladrones de energía
¿Podemos decir que existen vampiros que absorben nuestra fuerza vital?… ¿Tenemos la sensación de que alguien nos está sustrayendo la energía cuando estamos a su lado?… ¿Vivimos en un estado bajo de energía continuamente?….
El termino «vampiro» se a asociado siempre a lo que conocemos a través de los medios visuales como el cine y la Tv. A este personaje arquetípico lo relacionamos con sangre, con colmillos y con murciélagos, pero… ¿Podemos llegar a pensar que esto es una simbología para relacionarlo con personajes que realmente sustraen un pedazo de nosotros?
Podríamos aplicar el término de vampiro a una persona con la capacidad de obtener sin permiso parte de la fuerza vital del campo energético de una persona. Pero…. ¿Existen realmente seres que tengan esta capacidad?
Abriendo puertas a los vampiros energéticos
Lo primero que tenemos que saber es que nuestra actitud inconsciente muchas veces puede ser una puerta entreabierta para dar paso a una sustracción de energía.
Bram Stocker, creador de Drácula y miembro de la orden ocultista Golden Dawn comento: «Un vampiro no puede entrar a su hogar sin que le demos nuestro consentimiento». Es decir, nadie puede hacernos daño psíquico si nosotros no se lo permitimos. El problema radica en nuestro libre albedrío a la hora de escoger nuestras actitudes en determinadas situaciones con personas. Si somos de esas personas que abrimos nuestras puertas confiados a las personas, muchas veces sin darnos cuenta podemos sufrir este tipo de robos de energía. Si somos de los que cerramos las puertas antes de entregarnos a nadie, posiblemente vayamos mas salvaguardados a este tipo de situaciones.
En ocasiones, nuestras amistades pueden percibirnos como vulnerables y débiles, y pueden aprovecharlo para minar nuestra fuerza y aprovechar la situación para substraernos la energía. Los comentarios suaves y tenues pero cargados de intenciones desmoralizadoras, son la herramienta perfecta para los agresores psíquicos en estas situaciones. La mejor respuesta a esta serie de ataques es sin dudarlo la indiferencia emocional y psíquica, la apatía a todo esto que nos llega del exterior.
Podemos ver un ejemplo: – Un día nos encontramos llenos de energía y con un estado emotivo pleno y en un momento nos encontramos con alguien que nos comenta: – Tienes mala cara… ¿Tienes algún problema?… ¿Te encuentras bien?… En ese momento nos empezamos a desorientar y cambia nuestro estado real a empezar a sentirnos mal. Y es posible que nos percatemos como a esa persona le sube el tono energético y empieza a hablar mucho o a sentirse de maravilla.
Estos mismos temas podemos aplicarlos a cualquier sector de nuestra vida diaria como el trabajo, el amor, la economia…. En todos los casos de robos de energía nuestro peor enemigo son nuestros miedos e inseguridades.
Nuestro vampiro interior en las enfermedades
Existe una modalidad nuestra que se trata del vampiro interior. En esta ocasión somos nosotros mismos los que generamos un vampiro cerebral a causa de problemas mal canalizados.
La salud de las personas, en ocasiones viene dada por la actitud que tenemos ante la enfermedad. Muchas veces y sin saberlo, son nuestros pensamientos y las señales que envía el propio cerebro, los que dan orden a nuestro organismo de poner en actividad ciertas sustancias químicas. Así que cuando cambiamos nuestra mente, cambia nuestro cuerpo. De ahi la importancia que tiene nuestra actitud ante la enfermedad, ya que podemos lograr cambios de estado físico y mental.
Cuando no podemos lograr estos cambios físicos y mentales, aparecen los problemas mal canalizados que se derivan en una inestabilidad en nuestro cuerpo, creando un desequilibrio y abriendo la puerta a una perdida permanente de energía.
Lo peor que podemos hacer para esta perdida de energía es tomar posturas derrotistas, insatisfacción y/o agresividad. Esta es la actitud negativa que hace que nuestro vampiro interior tenga todo el poder.
Nuestro poder de pensamiento
Ya hemos hablado de como nuestros pensamientos pueden lograr cambios corporales a través de las respuestas biológicas y fisiológicas. Estas respuestas también se producen con las emociones.
Pongamos un ejemplo… El Miedo. Cuando sentimos miedo, se nos acelera el corazón, nos sudan las manos, nuestra presión sanguínea sube y nuestra respiración se acelera. Sentir esta sensación de actividad en nuestro cuerpo vuelve a provocar en nosotros una amplificación del miedo, creándose un circulo cerrado.
Una buena manera de combatir ese miedo es a través de los pensamientos y de los conceptos mentales que podemos llegar a tener, ya que nuestra emoción en este caso es un patrón de respuesta a un estímulo externo y nuestro cuerpo no sabe distinguir entre un peligro imaginario y otro real.
Otra buena manera de combatir estos conceptos es a través del cambio de estado de consciencia. Una observación constante en nosotros mismos puede favorecer a tener una visión mucho mas clara de lo que pasa por nuestro interior. Este cambio de visión es un puente mágico entre la enfermedad y la salud.
¿Los vampiros son entes reales?
Hemos visto como se pueden desarrollar nuestras perdidas de energía en nuestro cuerpo, ya sea a través de conceptos propios, como a través de otras personas. En este último caso, existen personas melancólicas y depresivas que se alimentan y se cargan de las actitudes positivas y de fuerza vital de otras personas. Estas personas, son incapaces de generar en ellos una actitud positiva ante ciertas situaciones en la vida y para compensar esa deficiencia, buscan a personas para alimentarse y/o cargarse de la energía anímica de otras personas.
La impresión que se nos puede quedar tras mantener una conversación con un vampiro de estas características, es como si nos quedaríamos vacíos, sin fuerza vital, con ganas de sentarnos en el sofa y con un cansancio que no podemos explicar bien a que se debe. Esta misma situación puede darse en cualquier área de nuestra vida en la que suframos iras, lloros, burlas, amistades irritantes, etc… que nos dejen en un nivel de energía mínimo.
Ante todas estos robos de energía y para conservar nuestro campo energético en un buen funcionamiento, es necesario crear un escudo protector a través de la visualización y programación de emociones positivas.
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