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Las creencias limitantes

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Las creencias limitantes son creencias que nos detienen a la hora de emprender cualquier acción

La mayoría de la gente tiene una creencia limitante o dos que ralentiza o incluso se detiene su éxito. Desafortunadamente, la mayoría de las personas no saben que tienen creencias limitantes. Como tal, que avanzan día a día haciendo y diciendo las mismas cosas una y otra vez, todo el tiempo preguntándose por qué nunca alcanzar sus metas.

La buena noticia es que se pueden cambiar las creencias limitantes de cada uno. Hay que poner dedicación, pero lograr el propósito de tu vida y tus sueños está a tu alcance. Simplemente tienes que escuchar lo que estás diciendo a ti mismo y reconocer las situaciones que continuamente te encuentras.

Las siguientes estrategias te ayudarán a identificar tus creencias limitantes y darles la vuelta por completo.

1. Reconoce la frase más común una creencia limitante
Las creencias limitantes casi siempre comienzan con «yo no puedo porque…» (Ejemplo: «No puedo encontrar un buen trabajo, ya que nunca fui a la universidad.») Tan pronto como dices la palabra «porque» se invoca una parte de su cerebro que piensa, «no tengo razón.» Ahí es cuando debes dejar de pensar eso. Así que, mientras te dices que no se puede hacer algo «porque…», nunca lo harás.

2. Ten en cuenta las cinco creencias limitantes comunes
Es inútil: (Ejemplo: «Nunca seré capaz de empezar mi propio negocio porque yo no tengo las capacidades para hacerlo») – Si piensa que algo no es posible y trabaja duro para conseguirlo.
Soy: (Ejemplo: «Yo nunca tendré dinero porque nadie me enseñó a manejar mi economía.») – Cuando no sabes cómo hacer algo, te empiezas a sentir impotente a tu situación. Por lo tanto, el peso de la meta o los pasos a seguir parecen demasiado difíciles, y normalmente uno se da por vencido.
Es inútil: (Ejemplo: «Ni siquiera debería molestarse en ir a la escuela porque no voy a aprobar el curso.») – Si algo no te parece conveniente, es posible que lo veas como inútil. Pero la mayoría de los eventos tienen tanto un resultado a corto plazo y largo plazo. Sólo se centra en los resultados a corto plazo y por lo tanto significa que puede cambiar en el último momento.
Estoy libre de culpa: (Ejemplo: «No puedo conseguir un trabajo mejor porque hay crisis en mi país») – Culpar a eventos o situaciones externas es lo más fácil. Sin embargo, una vez que, por ejemplo, la economía mejora, sigue siendo igual de fácil culpar a otra cosa.
Soy: (Ejemplo: Yo no merezco el trabajo que realmente deseo porque no soy lo suficientemente bueno».) Con esta frase es normal sentirse inútil y pensar que no merece la pena seguir.

3. Pregunta a tus creencias
Sea cual sea tu creencia o qué frase es la que estés usando, cuestionalo. Por ejemplo:
1 – En el caso en que crees que «No hay esperanza», pregunta «¿Cómo es posible?»
2 – Si crees: «Estoy indefenso,» pregunta «¿Qué es lo que ya sé sobre esto?»
3 – Si crees que «es inútil», pregunta «¿Cómo es que no se puede lograr?»
4 – Si crees: «Soy inocente», pregunte «¿Cómo soy responsable?»
5 – En el caso que creas: «No valgo nada», pregunta «¿Cómo me lo merezco?»

Dado que lo más probable es que veamos a los demás que viven la vida que desean, también hay que tener en cuenta que tus metas son posibles. Analizar lo que estos modelos hacen y copiarlos para que puedas avanzar en el cambio de sus creencias limitantes.

4. Pon a prueba tu nueva forma de pensar
Finalmente, toma las creencias que tienes y eliminalas completamente. Por ejemplo, supón que tu creencia limitante es «yo no puedo hacer el trabajo que quiero porque nunca fui a la universidad». Se podría probar que, preguntando, «¿Cómo sin ir a la universidad algunos consiguen más fácilmente trabajo?» Puedes darte cuenta de que muchas personas nunca se licenciaron en la universidad, pero sin embargo tienen un buen trabajo. Pregunta: «Si no se gradúan de la universidad, ¿cómo es posible para ellos hacer el trabajo que yo deseo?» A veces, la universidad te hace demasiado duro y rígido, y no se puede pensar ampliamente suficiente para conseguir un trabajo mejor o comenzar tu propia compañía. Por lo tanto, en algunos aspectos, ir a la universidad puede ser un obstáculo, y alguien que no fue a la universidad cuenta con más creatividad y es más capaz de asumir riesgos.

CONCLUSIÓN
La clave es cambiar su proceso de pensamiento y de ese modo tu creencia limitante acerca de una situación particular. Al abrir la mente a nuevas posibilidades para una situación personal, lo que parecía una triste circunstancia puede transformarse inmediatamente en una gran oportunidad.

 

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