El concepto del funcionamiento de las energías etéricas en el universo, es una noción intrigante que ha sido abordada desde diversas perspectivas filosóficas, espirituales y científicas a lo largo de la historia. Esta concepción, aunque puede variar en su interpretación dependiendo de la tradición cultural o espiritual, sugiere una conexión intrínseca entre el individuo y el cosmos, así como entre diferentes niveles de existencia y conciencia.
Las energías etéricas se refieren a una forma de energía sutil, que trasciende la comprensión convencional de la materia y la energía tal como las conocemos en el mundo físico. Estas energías se consideran fundamentales para el equilibrio y el funcionamiento armonioso del universo y de los seres vivos que lo habitan.
Las energías etéricas en la historia
A lo largo de la historia, incluyendo la filosofía, la física y la espiritualidad, las energías etéricas han sido consideradas como un medio o sustancia hipotética que llena el espacio vacío y que permite la propagación de la luz y otras formas de radiación. Vamos a ver como se ha concebido de diversas maneras:
- En la filosofía antigua: En la antigua Grecia, filósofos como Platón y Aristóteles postularon la existencia de un éter como la quintaesencia, un elemento esencial que constituía los cielos y que difería de los cuatro elementos terrestres (tierra, agua, aire y fuego). Este éter era considerado perfecto e inmutable.
- En la física clásica: En los siglos XVII y XVIII, el éter fue conceptualizado como un medio que llenaba el espacio y que permitía la transmisión de la luz y otras ondas electromagnéticas. Esta idea del éter fue central en teorías como la teoría ondulatoria de la luz de Huygens y en la teoría electromagnética de Maxwell.
- En la física moderna: Sin embargo, con el desarrollo de la teoría de la relatividad de Einstein a principios del siglo XX, la idea del éter fue gradualmente abandonada en la física moderna. La teoría de la relatividad postulaba que no había necesidad de un éter fijo y absoluto para explicar el movimiento de la luz, ya que la velocidad de la luz era constante para todos los observadores, independientemente de su movimiento relativo.
- En la espiritualidad y la metafísica: Además de su papel en la física, el éter ha sido concebido en diferentes tradiciones espirituales y filosóficas como un principio o energía sutil que impregna todo el universo y que conecta todas las formas de vida. En este contexto, el éter puede asociarse con la idea de un campo energético universal o con la conexión entre la mente y el cuerpo.
Clases de energías etéricas
Dentro de las energías etéricas, se pueden identificar cuatro grupos principales, cada uno compuesto por tres tipos de éteres. Cada uno de estos grupos de éteres interactúa entre sí y con el individuo y el universo de manera compleja y dinámica. Se cree que el equilibrio y la armonía entre estas energías son esenciales para el bienestar físico, emocional, mental y espiritual del individuo, así como para el funcionamiento armónico del cosmos en su totalidad.
En la práctica espiritual y en disciplinas como la medicina holística, el yoga, el tai chi, el chi kung y otras formas de sanación y desarrollo personal, se pueden encontrar enseñanzas y técnicas destinadas a cultivar y armonizar estas energías etéricas para promover la salud, la vitalidad y el crecimiento espiritual. Aunque estas ideas pueden parecer abstractas o metafísicas para algunos, para otros representan un enfoque integral y holístico para comprender y mejorar la experiencia humana dentro de un universo interconectado y en constante cambio.
El éter químico (de la Tierra)
El concepto de éter químico como el «cemento de lo físico», es una fuerza fundamental que subyace a la estructura y organización de la materia en el plano físico. Según esta concepción, el éter químico desempeña un papel crucial en la construcción y mantenimiento de la realidad material, desde las escalas más pequeñas de la vida celular hasta la complejidad del organismo humano. Representan la base material de la existencia y pueden influir en procesos bioquímicos y fisiológicos en los seres vivos.
- Ensamblaje de átomos para formar células: En el nivel más básico, el éter químico actúa como una fuerza cohesiva que facilita la unión de átomos para formar moléculas y, a su vez, las moléculas se organizan para constituir las células. Estas células son los bloques de construcción fundamentales de todos los organismos vivos, y el éter químico juega un papel esencial en la creación y mantenimiento de esta estructura celular.
- Construcción de órganos a partir de células: A medida que las células se organizan y se especializan, el éter químico continúa su labor de ensamblaje, facilitando la formación de tejidos y órganos a partir de las células individuales. Este proceso de organización y diferenciación celular es crucial para el funcionamiento adecuado de los sistemas orgánicos dentro del cuerpo humano.
- Construcción del cuerpo físico y formación del biocampo: Finalmente, el éter químico reúne los órganos individuales para construir el cuerpo físico en su totalidad. Además, se postula que el éter químico también juega un papel en la formación y mantenimiento del biocampo, un campo de energía sutil que rodea y permea el cuerpo humano, según algunas concepciones esotéricas y en la medicina energética.
Esta visión del éter químico como el principio organizador de la materia física resuena con ideas presentes en diversas tradiciones filosóficas, espirituales y científicas. Aunque en el contexto de la ciencia moderna el término «éter» puede no tener una base empírica sólida, metafóricamente puede representar una fuerza invisible pero fundamental que subyace a la realidad física y que facilita la organización y el funcionamiento de los sistemas biológicos.
El éter vital
El éter vital, también conocido en diversas tradiciones como prana, chi, ki o energía vital, es concebido como una fuerza sutil que impregna toda la vida y es responsable de mantener la vitalidad y el equilibrio en los seres vivos. Según esta concepción, el éter vital opera en varios niveles, desde la nivelación celular hasta la conexión entre el cuerpo y el alma, y se manifiesta en diferentes aspectos de la existencia humana.
- Reconstrucción celular: El primer aspecto del éter vital se relaciona con la capacidad de reconstruir células de manera idéntica según su programa de ADN. Esta función es esencial para el mantenimiento y la renovación de los tejidos del cuerpo humano. Cuando las células mueren o se dañan, el éter vital facilita su reconstrucción de manera precisa y coherente, siguiendo las instrucciones genéticas contenidas en el ADN. Esta capacidad de regeneración celular es fundamental para la salud y el bienestar del organismo.
- Crecimiento y multiplicación celular: El segundo aspecto del éter vital está asociado con el crecimiento y la multiplicación celular. Desde la etapa embrionaria hasta la adultez, este aspecto del éter vital impulsa el proceso de crecimiento y desarrollo del cuerpo humano. Desde la gestación, donde se forma una nueva vida a partir de una sola célula, hasta la infancia, adolescencia y edad adulta, donde se produce un crecimiento y desarrollo continuo, este aspecto del éter vital está activo en todas las etapas de la vida.
- Conexión cuerpo-alma y energía de la vida y el amor universal: El tercer aspecto del éter vital es quizás el más sutil y profundo, ya que se relaciona con la conexión entre el cuerpo y el alma, así como con la energía de la vida y el amor universal. Según esta perspectiva, el éter vital es la fuerza que anima y sostiene la vida en todas sus manifestaciones. Además, se cree que esta energía es la que permite la conexión entre los seres humanos y con el universo en su totalidad. Es la energía que nutre el espíritu y alimenta los lazos de amor y compasión entre los individuos.
En conjunto, estos tres aspectos del éter vital reflejan una visión holística de la vida, en la que la vitalidad, el crecimiento y la conexión espiritual están intrínsecamente entrelazados. Esta concepción del éter vital ha sido explorada y practicada en diversas tradiciones espirituales y sistemas de curación, y sigue siendo una fuente de inspiración y estudio para aquellos interesados en comprender la naturaleza profunda de la vida y la existencia humana.
El éter reflectante
El éter reflectante es un concepto fascinante que sugiere la existencia de una energía sutil que facilita la conexión entre la mente, el cuerpo y el universo en su totalidad. Esta energía, según la perspectiva presentada, juega un papel fundamental en nuestros sistemas reflejos, así como en fenómenos como la iridología y la percepción remota.
- Sistemas reflejos y la iridología: El éter reflectante se postula como la fuerza impulsora detrás de nuestros sistemas reflejos, que son respuestas automáticas del cuerpo ante estímulos externos o internos. En el contexto de la iridología, se sugiere que el iris del ojo puede revelar información sobre el estado de salud de diferentes partes del cuerpo humano. Se cree que esta capacidad se debe a la influencia del éter reflectante, que permite que la energía y la información se reflejen en el iris, proporcionando así un mapa del estado de salud del individuo.
- Percepción remota y radiestesia: La presencia del éter reflectante en el universo se postula como la base para fenómenos como la percepción remota y la radiestesia. La percepción remota es la capacidad de percibir información sobre un lugar, persona o evento distante en el tiempo o el espacio, sin utilizar los cinco sentidos ordinarios. Se cree que el éter reflectante actúa como un medio a través del cual esta información puede ser transmitida y recibida por la mente humana. De manera similar, la radiestesia es la capacidad de detectar energías sutiles o vibraciones utilizando instrumentos como péndulos o varillas. Se sugiere que el éter reflectante permite esta comunicación entre la mente del radiestesista y la energía o información que está siendo buscada.
- Espacio cuántico y representación de cosas: Según la perspectiva presentada, el éter reflectante constituye el espacio cuántico, que es el medio a través del cual interactuamos con el universo y con la información que nos rodea. Se sugiere que cualquier representación de una cosa está ligada a ella a través del éter reflectante. Esto implica que hay una conexión fundamental entre la realidad física y las representaciones mentales o simbólicas que creamos.
El éter reflectante es concebido como una fuerza omnipresente en el universo que facilita la conexión entre la mente, el cuerpo y la realidad física. Su influencia se extiende desde nuestros sistemas reflejos y la salud ocular hasta fenómenos más sutiles como la percepción remota y la radiestesia. Esta concepción del éter reflectante nos invita a reconsiderar nuestra relación con el mundo que nos rodea y a explorar las posibilidades de conexión y percepción que existen más allá de los límites de los sentidos ordinarios.
El éter luminoso
El éter luminoso, concebido como una entidad omnipresente en el espacio, es un concepto fascinante que ha sido abordado desde diversas perspectivas a lo largo de la historia, tanto en la espiritualidad como en la ciencia. Este éter luminoso es una sustancia sutil que impregna todo el universo y que es fundamental para entender fenómenos que desafían las leyes convencionales de la física, como la acción a distancia.
- Omnipresencia en el espacio: El éter luminoso se considera una entidad omnipresente en el espacio, lo que significa que está presente en todas partes del universo, llenando el vacío entre los cuerpos celestes y las partículas subatómicas. Esta omnipresencia sugiere que el éter luminoso es una matriz energética fundamental que subyace a todas las formas de materia y energía en el cosmos.
- Facilitador de la acción a distancia: Se postula que el éter luminoso es el medio a través del cual se lleva a cabo la acción a distancia, es decir, la capacidad de influir en un objeto o fenómeno sin un contacto físico directo. En el contexto de la física cuántica, se ha sugerido que las partículas subatómicas pueden estar entrelazadas de manera cuántica a través del éter luminoso, lo que les permite influirse mutuamente instantáneamente, independientemente de la distancia que las separe.
- Implicaciones en la espiritualidad y la consciencia: Desde una perspectiva espiritual, el éter luminoso también se asocia con la luz divina o la energía cósmica que impregna el universo y que conecta todas las formas de vida entre sí. Se cree que esta luz cósmica es la fuente de la consciencia y que nos permite experimentar la interconexión entre todas las cosas.
El éter luminoso se presenta como una fuerza universal que trasciende las limitaciones del espacio y el tiempo, permitiendo la comunicación y la influencia entre todas las formas de vida y materia en el universo. Esta concepción del éter luminoso invita a reflexionar sobre la naturaleza fundamental de la realidad y a explorar las posibilidades de conexión y acción que existen más allá de los límites de nuestra comprensión convencional.
Los parásitos etéricos
Tanto en la naturaleza física como en la etérica, los parásitos representan una preocupación significativa para la salud humana, aunque difieren en su manifestación y método de alimentación. Los parásitos físicos, como los piojos y las pulgas, se alimentan de sustancias físicas del cuerpo humano, como la sangre. Pueden causar molestias y enfermedades que son visibles y reconocibles para los médicos y los pacientes. Sin embargo, los parásitos de naturaleza etérica son entidades más sutiles y difíciles de detectar, ya que se alimentan de las energías etéricas del hombre, afectando de manera invisible pero profunda la salud del individuo.
Un ejemplo impactante de parásitos etéricos es el que se asocia con la osteoartritis. Estos parásitos, con forma de mini cangrejos, se cree que consumen el éter químico de los huesos, lo que lleva a su desintegración gradual. Esta descomposición molecular resulta en una pérdida de integridad estructural y funcional del sistema óseo, causando dolor y discapacidad en los pacientes. De manera similar, el cáncer se considera alimentado por el éter vital, llevando a una proliferación anormal y descontrolada de células, característica de esta enfermedad devastadora.
Otro tipo de parásitos etéricos son aquellos que consumen la energía de las células y generan desechos visibles al microscopio, conocidos como virus. A diferencia de las bacterias, los virus no son seres vivos, sino simplemente desechos celulares que pueden desencadenar enfermedades graves y no pueden ser tratados con antibióticos. Esta diferencia en su naturaleza plantea desafíos únicos para la medicina moderna en términos de diagnóstico y tratamiento.
Además, existen parásitos etéricos que dañan órganos sin generar desechos visibles. Esto puede llevar a diagnósticos erróneos, como en el caso de las enfermedades autoinmunes, donde se piensa que el sistema inmunológico es el responsable del daño, cuando en realidad son estos parásitos etéreos los que actúan de manera silenciosa y perjudicial.
Enfermedades
Las enfermedades autoinmunes, como el Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis múltiple, representan un desafío significativo para la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo. Estas condiciones se caracterizan por un funcionamiento anormal del sistema inmunológico, que ataca por error los tejidos sanos del cuerpo. Sin embargo, según la perspectiva presentada, lo que todas estas enfermedades tienen en común es la presencia de una «bolsa de parásitos» que se asientan alrededor del cerebro y la columna vertebral.
Estos parásitos, cuya naturaleza se describe como etérica, consumen energía del cerebro, la médula espinal o el sistema nervioso, lo que contribuye a la progresión de la enfermedad y la descomposición celular. Se postula que cuanto más débil esté la persona, más rápido progresa la enfermedad y se deteriora el tejido nervioso. Esta relación entre la presencia de parásitos etéricos y la manifestación de enfermedades neurodegenerativas sugiere una conexión profunda entre la salud física y energética del individuo.
El Alzheimer, por ejemplo, se caracteriza por la formación de placas de proteínas beta-amiloide en el cerebro, lo que conduce a la muerte de las células nerviosas y, finalmente, a la pérdida de funciones cognitivas. Según la perspectiva presentada, estos parásitos etéricos podrían contribuir al proceso degenerativo al consumir la energía vital del cerebro y afectar su funcionamiento normal.
En el caso del Parkinson, se observa una degeneración de las células nerviosas en ciertas regiones del cerebro que controlan el movimiento. Se sugiere que la presencia de parásitos etéricos alrededor del cerebro y la médula espinal podría contribuir al deterioro de estas células nerviosas, exacerbando los síntomas motores característicos de la enfermedad.
La esclerosis múltiple, otra enfermedad autoinmune del sistema nervioso central, se caracteriza por el daño a la mielina, la capa protectora que recubre las fibras nerviosas. Se postula que los parásitos etéricos podrían desempeñar un papel en este proceso al debilitar la energía de las células nerviosas y contribuir así a la degeneración de la mielina.
La relación entre la presencia de parásitos etéricos y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas plantea importantes interrogantes sobre la interacción entre la salud física y energética del individuo. Si bien esta perspectiva puede resultar controvertida y no cuenta con respaldo científico, refleja una visión holística de la enfermedad que integra aspectos físicos, energéticos y espirituales en la comprensión de la salud humana.
Meditación de eliminación de parasitos
La meditación de eliminación de parásitos es una práctica destinada a sintonizar con la energía del cuerpo y liberarlo de posibles influencias negativas de parásitos de naturaleza etérica. Esta meditación puede realizarse en un lugar tranquilo y cómodo, preferiblemente con poca o ninguna distracción externa. A continuación, se ofrece un ejemplo de una meditación para eliminar parásitos:
- Preparación: Siéntate en una posición cómoda con la espalda recta y las manos descansando sobre las rodillas. Cierra suavemente los ojos y lleva tu atención hacia tu respiración. Toma varias respiraciones profundas, inhalando lentamente por la nariz y exhalando por la boca, permitiendo que tu cuerpo se relaje con cada exhalación.
- Visualización del campo energético: Imagina que estás rodeado por una luz brillante y protectora que te envuelve completamente. Visualiza esta luz como una barrera que te protege de cualquier energía negativa o influencia no deseada.
- Sintonización con la energía del cuerpo: Lleva tu atención hacia tu interior y conecta con la energía que fluye a través de ti. Siéntela como un suave flujo de energía que recorre todo tu ser, desde la cabeza hasta los pies.
- Identificación de los parásitos: Con tu mente tranquila y serena, visualiza cualquier parásito de naturaleza etérica que pueda estar presente en tu cuerpo. Permítete observarlos sin juicio ni miedo, simplemente reconociendo su presencia.
- Eliminación de los parásitos: Con determinación y confianza, visualiza cómo la luz brillante que te rodea comienza a disolver y eliminar suavemente los parásitos de tu campo energético. Observa cómo se desvanecen y se disuelven en la luz, liberándote de su influencia negativa.
- Sanación y protección: Una vez que hayas eliminado los parásitos, visualiza cómo tu campo energético se llena de luz y amor sanadores. Siente cómo esta energía te envuelve y te protege, fortaleciendo tu bienestar físico, emocional y espiritual.
- Agradecimiento y cierre: Concluye la meditación con gratitud por la sanación y la protección recibidas. Toma unas respiraciones profundas y lentas, sintiendo cómo vuelves a conectar suavemente con el entorno que te rodea. Abre suavemente los ojos y regresa al momento presente, sintiéndote renovado y en paz.
Esta meditación puede realizarse con regularidad para mantener la limpieza y el equilibrio energético del cuerpo, así como para fortalecer la conexión con la salud y el bienestar en general. Es importante recordar que la práctica de la meditación puede variar según las preferencias individuales, por lo que puedes ajustarla según tus necesidades y sentir intuitivo.
Conclusión
Los parásitos de naturaleza etérica, invisibles a los microscopios convencionales pero perceptibles mediante la clarividencia y la clarividencia, representan un aspecto poco explorado pero potencialmente significativo en el campo de la salud y la medicina. Aunque su existencia y su papel en diversas enfermedades pueden resultar controvertidos y carecen de respaldo científico, la comprensión de su presencia y su posible influencia en la salud humana abre nuevas perspectivas en el abordaje de enfermedades crónicas y difíciles de tratar.
La comprensión y la investigación continua sobre los parásitos de naturaleza etérica plantean desafíos y oportunidades para la medicina moderna, invitando a una exploración más profunda de la interacción entre la salud física, energética y espiritual del individuo. Si bien esta visión puede ser controvertida y requerir una mayor validación científica, no se puede descartar su potencial impacto en la mejora de la salud y el bienestar de las personas.