En la era de la información en la que vivimos, el estrés se ha convertido en un problema generalizado para la sociedad. Este tipo de estrés nunca antes había sido experimentado por la humanidad, incluso por nuestros ancestros, perdiendo todo contacto con nuestra presencia mas profunda.
A menudo, nos vemos obligados a aceptar necesidades y deseos que nos empujan de alguna manera desde el exterior, ya sea por la presión social u otras razones. Esto nos lleva a gastar energía y recursos en movernos por el mundo exterior sin avanzar de una manera mas interna. La aceptación de estas necesidades sociales nos lleva a desconectarnos de lo que realmente queremos, de lo que somos y de lo que nos hace felices en la vida.
Esto nos lleva a que cada vez sea más común que deseemos desconectarnos y alejarnos de este mundo laboral estresante de una manera mas permanente. Sin embargo, muchas veces nos detenemos antes de dar el paso, ya que nos asalta la pregunta de…. «¿Cómo voy a mantenerme económicamente?».
Aunque estamos mejor preparados que nunca para crear un futuro diferente, necesitamos de alguna manera confiar en nuestro presente y en nuestras propias habilidades para vivir la vida que deseamos. Todos tenemos la capacidad de crear y promover un paradigma alternativo de convivencia y desarrollo social. La realidad creativa se nutre de la acción, el pensamiento y el sentimiento. Por lo tanto, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de volver a nuestras raíces y empezar construir un nuevo mundo desde allí.
Es el momento en el que cada uno de nosotros debe aprender a escucharse a sí mismo y descubrir la mejor manera de manifestar en el mundo lo que realmente desea, al mismo tiempo de poder sentir el latido del alma en cada momento.
Meditación para practicar la presencia :
Lo primero que podemos hacer para poder cambiar el mundo, es empezar a cambiarnos a nosotros mismos… Ese es el inicio. Te proponemos una práctica simple de presencia del ahora :
- – En primer lugar, es importante tomar varias respiraciones profundas para centrarnos y tomar conciencia de nuestra respiración.
- – Luego, entornamos los ojos para tener una perspectiva del entorno (la sala) a través de la parte inferior de los ojos, lo que nos ayuda a mantenernos presentes y evitar distracciones.
- – A continuación, nos centramos en el ahora enfocándonos en nuestra respiración, lo que nos ayudará a estar más presentes en la habitación y a percibir con mayor claridad los sonidos, la luz, los cambios en el aire, los olores, etc. Con cada respiración, nos volvemos más conscientes de nuestro cuerpo y de nuestro entorno, sin perder la conexión con nuestra respiración y nuestro interior.
- – Cuando aparezca un pensamiento, intentaremos reconocer que es algo que hemos creado nosotros mismos, que somos nosotros quienes lo pensamos y que podemos dejarlos ir centrándonos en el momento presente.
Gracias a esta práctica de meditación de la presencia, podremos experimentar un sentido de conexión con el universo y comprender que todo lo que necesitamos está dentro de nosotros.