Cuando hablamos de salud cuántica , hacemos referencia a un enfoque de la salud que se basa en la física cuántica y su comprensión de la naturaleza de la realidad. La física cuántica nos enseña que la realidad es mucho más compleja de lo que parece a simple vista y que las cosas no son tan deterministas como pensábamos en la física clásica.
Desde esta perspectiva, la realidad se entiende como una red de energía y vibraciones que interactúan entre sí, lo que significa que cada partícula y cada sistema están de alguna forma, interconectados en un nivel fundamental. Esta interconexión implica que los cambios en una parte del sistema pueden tener efectos en otras, incluso si están separadas por grandes distancias.
La salud cuántica se enfoca en el equilibrio de la energía y la vibración en el cuerpo humano y cómo esto afecta a la salud y el bienestar. Según este enfoque, las enfermedades son resultado de bloqueos o desequilibrios en los patrones de energía y vibración del cuerpo. Al tratar estos bloqueos, se puede ayudar al cuerpo a recuperar su equilibrio y promover la salud.


La Psicología de la realidad
Dentro de la cultura hindú, todos conocemos la relación que tienen con los elefantes. En la India, se lleva a cabo un interesante entrenamiento de elefantes. Se comienza atando a un elefante bebé con una cuerdita a una planta por varias semanas. A medida que el elefante crece, puede romper cadenas o arrancar árboles si se le ata con ellas. Sin embargo, si se le ata con una cuerda similar a la original a una planta, el elefante no puede escapar. Esto se debe a que cumple el compromiso que su cuerpo y mente han hecho, lo que se convierte en su propia prisión.
Los psicólogos se refieren a este fenómeno como «compromiso cognitivo prematuro». Es un compromiso que establecemos con nuestra mente y cuerpo y que finalmente estructura nuestra realidad. Nuestro sistema nervioso se desarrolla como respuesta a los estímulos que recibimos, lo que crea una cierta percepción del mundo. Esta percepción del mundo, a su vez, estructura un sistema de creencias que influencia nuestra conducta y decisiones.
La percepción de nuestra realidad está influenciada por nuestras creencias y expectativas. De hecho, la forma en que percibimos el mundo está determinada en parte por la interpretación de los estímulos sensoriales que recibimos. Nuestras creencias pueden influir en la forma en que interpretamos y experimentamos la realidad, pero no determinan completamente nuestra percepción de ella. La realidad existe independientemente de nuestras creencias y expectativas, pero nuestra interpretación de ella puede ser moldeada por nuestras creencias y experiencias previas.
Limitaciones en nuestra relación con el mundo
El ojo humano es capaz de detectar únicamente una pequeña porción del espectro electromagnético, conocida como luz visible, que abarca longitudes de onda entre aproximadamente 400 y 700 nanómetros. Todo lo que sobrepase estas longitudes de onda, no existe para nosotros. Por lo que significa que lo que percibimos a través de nuestra vista es solo una parte muy limitada de la realidad.
Existen diversos instrumentos y tecnologías científicas que nos permiten ampliar nuestra capacidad de percepción y medición de diferentes aspectos del mundo que nos rodea, como la radiación ultravioleta, infrarroja, rayos X, etc. Pero incluso con estos avances, seguimos teniendo una visión muy parcial de lo que realmente existe en el universo.
Además, es importante tener en cuenta que cada especie animal tiene su propia capacidad de percepción sensorial y, por lo tanto, experimenta el mundo de manera diferente. Por ejemplo, algunas especies pueden ver en el infrarrojo o ultravioleta, y otras tienen sentidos del olfato o el oído más desarrollados que el humano.
El fisiólogo británico-australiano Sir John Eccles, quien también fue galardonado con el Premio Nobel, argumentaba que los colores, las texturas, los olores, la belleza y la fealdad no existen en el mundo real, sino que son construcciones perceptuales generadas por nuestra propia consciencia. Todas estas experiencias sensoriales se originan en nuestro cerebro a partir de las señales nerviosas que recopila nuestro organismo al interactuar con el entorno. En definitiva, la realidad que percibimos es una creación de nuestros sentidos y de la interpretación que hacemos de ellos.


Las Fuerzas del universo y lo que experimentamos
Los científicos actuales han identificado cuatro fuerzas fundamentales en el universo que son la base de todo lo que percibimos. La gravedad, que mantiene a los planetas en órbita y mantiene unido al universo; el electromagnetismo, que es responsable de la electricidad, el magnetismo y la luz; la fuerza nuclear fuerte, que mantiene unidos a los núcleos de los átomos y la fuerza nuclear débil, que es responsable de la radiactividad y de algunas formas de desintegración de partículas subatómicas. A pesar de la aparente solidez de la materia, en realidad está compuesta por partículas subatómicas que interactúan mediante estas fuerzas fundamentales.
Los científicos sostienen que estas fuerzas provienen de una única fuerza fundamental dentro de la naturaleza, denominada «campo unificado». Todo en el universo, incluyéndonos a nosotros, está hecho de esta única fuerza. El espacio, el tiempo y todo lo que percibimos como materia, se estructura como resultado de la fragmentación y expresión de estas fuerzas naturales. Como científicos, llamamos a este proceso «simetría rota». Su expresión es lo que conocemos como objetos materiales, separados unos de otros en el espacio y el tiempo.
En realidad, lo que experimentamos como materia es una construcción de nuestra mente. Todo lo que percibimos en el mundo exterior está compuesto simplemente de campos energéticos, que en realidad son un solo campo fundamental, incluyendo el espacio y el tiempo. Es nuestra percepción la que fragmenta este campo y lo convierte en experiencias de sonido, gusto, forma, color, etc. La realidad es que todo esto sucede dentro de nuestra mente y es una construcción subjetiva de nuestra experiencia.
Salud Cuántica y medicina
Algunos argumentan que la base científica de la medicina actual se basa en la idea errónea de que todo en el mundo está compuesto de materia, incluyendo los cuerpos humanos, y que el universo se compone de objetos separados que se relacionan en el espacio y el tiempo.
La concepción materialista es la base de la medicina occidental contemporánea. Se considera que somos simples máquinas físicas que tienen la capacidad de pensar. El cuerpo es visto como una escultura inerte que puede ser arreglada y reparada con píldoras. Si se tiene problemas digestivos, se toma un antiácido; si se tiene insomnio, se toma un somnífero. Existen pastillas mágicas para la ansiedad, los resfriados, el dolor y todas las demás dolencias imaginables. La quimioterapia, la radiación y las cirugías son también utilizadas como remedios. A pesar de todos estos avances, seguimos buscando nuevas pastillas mágicas para tratar cualquier problema imaginable. Quizás deberíamos centramos en una visión mas amplia como la Salud Cuántica.
La medicina actual se ha centrado demasiado en tratar los síntomas de las enfermedades en lugar de abordar las causas subyacentes. A menudo, esto se hace mediante la prescripción de medicamentos que pueden enmascarar los síntomas, pero no curar la enfermedad en sí. Desafortunadamente, esto ha llevado a un aumento de la dependencia de drogas, y muchos médicos están reconociendo la necesidad de un enfoque más holístico y preventivo de la atención médica.
Si pudiéramos observar nuestro cuerpo físico desde el punto de vista de la física y de la salud cuántica, veríamos que está compuesto por átomos dispuestos a través de espacios vacíos, apareciendo, desintegrándose y desapareciendo constantemente. Estas partículas no son objetos materiales, sino fluctuaciones de energía en el campo energético.