En el corazón de la Medicina Tradicional China (MTC) late una comprensión profunda y sutil del cuerpo humano como una totalidad energética, donde cada parte está interconectada. Entre todas sus enseñanzas, la Teoría de los Órganos Internos —conocida como Zang-Fu— es la que mejor ilustra esta visión holística: no se trata solo de entender al cuerpo desde lo físico, sino de comprender cómo los órganos afectan nuestras emociones, pensamientos y vínculos con el entorno.

Cuando nos acercamos a esta sabiduría milenaria, es fundamental abandonar la mirada reduccionista de la medicina occidental, que analiza al órgano únicamente desde su anatomía y función fisiológica. En cambio, la MTC ve a cada órgano como un universo completo de relaciones energéticas y emocionales, que se expresa a través de un tejido, una emoción, un color, un clima, un sabor, un órgano sensorial, e incluso una virtud espiritual.

En nuestra cultura actual, creemos que las emociones nacen en el cerebro. Pero la medicina china enseña algo diferente: cada emoción tiene su origen en un órgano concreto. Así, el cuerpo se convierte en un mapa emocional vivo. Curiosamente, este enfoque no nos es del todo ajeno. En nuestro lenguaje y simbolismo cotidiano, también decimos que alguien “tiene el corazón roto” o que “revienta de ira”, reconociendo inconscientemente esa relación entre emoción y órgano.

Este paralelismo entre cuerpo y psique, entre vísceras y emociones, invita a un nuevo paradigma de autoconocimiento y sanación. Comprender los órganos desde esta perspectiva nos ayuda a liberar emociones estancadas, a nutrirnos energéticamente y a equilibrar mente, cuerpo y alma.

En los siguientes puntos exploraremos cada uno de los cinco órganos principales según la MTC, revelando no solo su función física, sino también su papel emocional, energético y espiritual. Cada órgano es un guardián de una emoción, pero también de una virtud. Allí donde hay sombra, también hay una luz que puede ser cultivada.

Veamos las funciones y características de nuestros cinco órganos internos:

El Corazón: Guardián del Espíritu y la Voz del Alma

Corazón con luz

En la medicina tradicional china, el corazón no es solo una bomba que impulsa la sangre, sino el trono donde reside el Shen, el espíritu consciente. Su energía da forma a nuestra vitalidad, a la claridad de nuestra mente y a la pureza de nuestras emociones. Es el emperador del cuerpo, y cuando está en equilibrio, somos capaces de amar, servir, pensar con claridad y hablar con verdad.

Gobernante de la sangre y su circulación

El corazón dirige el flujo sanguíneo como un sabio conductor de orquesta. Cuando su energía fluye libremente, la sangre llega a cada rincón del cuerpo llevando consigo vida, calor y conciencia. Este equilibrio se manifiesta en una piel sonrosada y húmeda, especialmente en el rostro, donde se refleja su fuerza interior. Una cara luminosa es un corazón que vibra en armonía.

La lengua: espejo de su salud

La lengua es el espejo donde el corazón muestra su estado oculto.

  • Una lengua pálida nos habla de una deficiencia de sangre,
  • una lengua roja e inflamada, de un fuego interior que arde sin control,
  • una lengua gris o con puntos rojos indica un estancamiento de su energía,
  • una lengua blanca y torpe al hablar, señala una energía débil y agotada.

Observar nuestra lengua con atención es una forma sutil de escuchar los susurros del corazón.

Relajación excesiva y el sabor ácido

Curiosamente, el corazón detesta la relajación extrema. En exceso, esta puede dispersar su energía y adormecer el espíritu. En la alquimia del sabor, el ácido tiene el poder de contraer, de sostener, de evitar que esa relajación se convierta en abandono. Saber equilibrar lo que comemos también es una forma de cuidar el alma del corazón.

Aliado del intestino delgado

En el cuerpo energético, el canal del corazón se comunica con el intestino delgado, creando un diálogo constante entre discernimiento y verdad, entre lo que sentimos y lo que seleccionamos como esencial en la vida.

El corazón y la mente: un mismo pulso

Cuando el corazón pierde su equilibrio, el espíritu se dispersa. Aparecen insomnio, confusión, arrogancia, odio o incluso una alegría tan desbordada que termina siendo destructiva. Es entonces cuando el corazón clama por autenticidad, creatividad y servicio: herramientas que tienen el poder de transformar los excesos emocionales en virtudes elevadas.

En su armonía, el corazón se expresa como amor incondicional, alegría serena y una capacidad genuina de conectar con los demás.

El habla como reflejo de su energía

El corazón rige la palabra. La forma en la que hablamos revela el estado de nuestra energía interior. Hablar con rapidez, tartamudear o sentir que la lengua se traba puede ser signo de un corazón alterado, sobreexcitado, desequilibrado.

Hablar con verdad, con compasión, con belleza… es medicina para el corazón. Evitar la crítica, los insultos y las palabras vacías es parte del cultivo del Shen. Porque lo que decimos no solo afecta a los demás, también moldea nuestra vibración interna.

Excesos que lo hieren

El alcohol y las drogas estimulan peligrosamente el meridiano del corazón, generando desequilibrios que, con el tiempo, pueden desencadenar patologías del sistema circulatorio, trastornos emocionales y pérdida de conexión espiritual. También hay formas más sutiles de herir al corazón, como el gozo malintencionado ante el sufrimiento ajeno: esa es una alegría tóxica, una distorsión de la luz que el corazón debería irradiar.

Pulmones: el aliento de la vida y guardianes de la tristeza

Pulmones iluminados de luz

En la visión de la Medicina Tradicional China, los pulmones son mucho más que un órgano respiratorio: son los custodios del aliento vital (Qi) y los encargados de conectar lo más sutil del cielo con lo más profundo de nuestro cuerpo. A través de ellos recibimos la vida, y también aprendemos a soltar.

Controlan y distribuyen la energía vital

Los pulmones tienen la sagrada función de controlar y distribuir el Qi por todo el organismo, como si fueran un suave soplo que recorre cada célula. Si su energía es fuerte, la vitalidad fluye; si está debilitada, aparece el cansancio, la desconexión y la falta de propósito.

Gobiernan la piel y los poros

La piel es considerada en la MTC como la primera barrera defensiva del cuerpo, y está íntimamente ligada a la energía pulmonar. Cuando los pulmones están sanos, la piel es luminosa, hidratada, con poros que respiran. Si los pulmones fallan, la piel se seca, pierde su brillo y se vuelve vulnerable. Nuestra piel revela el estado de nuestra energía interior.

Su reflejo se manifiesta en la nariz

La nariz es la puerta de entrada del aliento vital. Cuando el pulmón es atacado por frío o energía patógena, se manifiestan síntomas como congestión, pérdida del olfato, rinitis o sinusitis. La respiración se vuelve superficial y limitada, y con ella, también se limita nuestra capacidad de sentir y conectar.

La energía rebelde y el sabor salado

A los pulmones les perturba la energía que asciende en forma de tos, opresión en el pecho o ansiedad respiratoria. Para ayudar a esta energía a descender y calmarse, la medicina china recomienda alimentos con sabor salado, que anclan y estabilizan. Esta sabiduría nos recuerda que lo que comemos puede ser también una forma de medicina energética.

Canal energético compartido con el intestino grueso

El canal del pulmón se conecta con el intestino grueso, revelando una verdad profunda: respirar y soltar van de la mano. Así como inhalamos vida, también necesitamos exhalar lo que ya no nos sirve. Esta relación nos enseña que la salud emocional depende de la capacidad de dejar ir: pensamientos, apegos, penas.

El pulmón como guardián emocional: tristeza, nostalgia y melancolía

Cuando la energía pulmonar se debilita, la tristeza se instala silenciosamente en el pecho. Aparece la nostalgia, la melancolía, una sensación de vacío que consume lentamente la alegría de vivir. En casos extremos, esta tristeza crónica puede afectar la mente y la salud física, llegando incluso al deterioro cognitivo o enfermedades graves como el cáncer.

Pero cuando los pulmones están en equilibrio, la persona irradia serenidad, coraje y claridad interior. Es capaz de mirar hacia adentro con humildad, de aceptarse, de encontrar su centro en medio del caos. En ese estado, la vida fluye sin resistencias, como una exhalación que libera.

Síntomas que revelan desequilibrio pulmonar

Tristeza constante, eczema, vellosidad excesiva, rinitis, sinusitis, fatiga crónica, problemas de voz o miedo irracional a la muerte son señales de que la energía del pulmón está bloqueada o debilitada. Estas señales no son castigos, sino llamados del cuerpo para regresar al equilibrio.

Respirar conscientemente para sanar

Prácticas como Chikung, Taichí o Yoga activan y fortalecen el sistema respiratorio y energético, despertando los pulmones del letargo. Son herramientas sutiles y poderosas para recuperar el aliento perdido, calmar el sistema nervioso y renovar nuestra relación con la vida.

El Hígado: Estratega de la Vida y Alquimista de la Emoción

Hígado con luz

En la sabiduría milenaria de la Medicina Tradicional China, el hígado es mucho más que un órgano físico: es el gran estratega energético, el encargado de planificar el flujo interno de la vida, tanto a nivel fisiológico como psicoemocional. Su energía guía el movimiento, la claridad mental y la capacidad de transformación. Cuando el hígado está en armonía, la vida fluye con dirección, propósito y creatividad.

Almacenador de sangre y coordinador del esfuerzo

Una de sus funciones primordiales es almacenar la sangre y distribuirla según las necesidades del cuerpo. Durante el reposo, la sangre se guarda; durante la acción, se libera. En este juego dinámico, el hígado permite que nuestros músculos se nutran cuando el movimiento lo exige. Si esta función falla, aparecen calambres, cansancio crónico o menstruaciones escasas o ausentes, ya que la sangre no fluye con precisión ni con ritmo.

Vínculo con los músculos, tendones y articulaciones

El hígado rige los músculos y tendones, dando elasticidad, fuerza y agilidad al cuerpo. Si su energía se bloquea, surgen temblores, contracturas, tics, dolor muscular, hipertensión o migrañas. Cuando fluye correctamente, nuestro cuerpo se siente liviano, flexible y lleno de vitalidad.

El sentido de la vista como su ventana

En medicina china, la vista depende directamente del hígado. Su energía nutre los ojos, les da claridad y precisión. Una debilidad hepática puede manifestarse en ojos rojos, secos, visión borrosa, miopía o problemas oculares más complejos. Literalmente, cuando el hígado está cargado, «no podemos ver con claridad».

Las uñas como reflejo de su energía

Las uñas son una proyección externa del estado del hígado. Si están quebradizas, deformadas, delgadas o se astillan con facilidad, es señal de que la energía hepática está empobrecida. Fortalecer el hígado es también fortalecer nuestra estructura, nuestra firmeza interior.

La tensión, su peor enemiga

La energía del hígado se ve alterada por la tensión emocional. Es un órgano que necesita fluir libremente, sin represiones ni presiones. En momentos de estrés, la energía se estanca, provocando ira, frustración o ansiedad. Sin embargo, el sabor dulce natural tiene un efecto relajante sobre el hígado: es como un bálsamo que suaviza su rigidez interna.

Un canal compartido con la vesícula biliar

El meridiano del hígado se comunica íntimamente con la vesícula biliar, órgano que simboliza el poder de decisión. El hígado diseña el plan; la vesícula lo ejecuta. Esta relación estrecha revela que la estrategia y la acción deben caminar de la mano. En la antigua China, se decía: “Un hombre con gran vesícula tiene decisiones firmes y claras.”

El hígado como generador de emociones y visión interior

El hígado rige la memoria inconsciente, la imaginación, la iniciativa, la ambición y el deseo. Cuando su energía se estanca o se desequilibra, surgen emociones como la ira, los celos, la irritabilidad o la ansiedad. Aparece confusión mental, falta de coordinación, pesadillas, frustración y una desconexión con nuestra creatividad.

Por el contrario, cuando el hígado está sano y la energía fluye con libertad, la persona es amable, perseverante, paciente, creativa y generosa. Hay respeto por la vida, por los vínculos familiares, y una natural inclinación por las artes y la transformación interior.

El egoísmo es una señal de estancamiento hepático. En cambio, la verdadera salud del hígado se refleja en la empatía, en preocuparse genuinamente por los demás.

Caminar para liberar, jugo de piña para nutrir

Una caminata consciente, levantando los brazos y soltándolos cada diez pasos, o simplemente pasear por el campo, ayuda a descongestionar el meridiano del hígado y liberar la tensión acumulada. Además, beber jugo de piña dulce en ayunas revitaliza su energía y favorece el movimiento natural del Qi hepático.

El Bazo: Tejedor del pensamiento y alquimista de la nutrición

Bazo con luz

En la Medicina Tradicional China, el bazo es mucho más que un órgano digestivo. Es el encargado de transformar la energía de los alimentos en fuerza vital, distribuir esa esencia por todo el cuerpo y sostener el equilibrio mental. Es un órgano silencioso pero esencial, cuyo buen funcionamiento se refleja no solo en la digestión, sino también en la claridad del pensamiento, la memoria, la concentración y la estabilidad emocional.

Distribuidor de la sangre y la energía

El bazo cumple una función vital: extraer los nutrientes de los alimentos y distribuirlos por todo el organismo. Cuando su energía es fuerte, sentimos calor, fuerza y vitalidad en las extremidades. Pero si está debilitado, los humores no circulan correctamente y aparecen síntomas como diarrea, rostro amarillento, labios pálidos, debilidad y frío en manos y pies. Es como si la energía se desvaneciera antes de llegar a cada célula.

Ascender para nutrir

El bazo tiene la misión de elevar la energía postalimentaria hacia el corazón y los pulmones, para que estos la transformen en energía vital. Esta ascensión es sutil pero indispensable. Cuando el bazo falla en esta función, la energía desciende cuando debería subir, generando náuseas, vómitos, hinchazón abdominal, gases o ruidos intestinales. Por el contrario, si el estómago —que debería descender— empuja su energía hacia arriba, aparecen eructos, acidez o digestiones invertidas.

Aquí, el equilibrio entre ambos es esencial. Y en ese equilibrio, el bazo actúa como el armonizador del eje digestivo.

La boca, los labios y las mejillas como espejos del bazo

Los labios brillantes y rojos revelan un bazo fuerte y una buena calidad sanguínea. En cambio, labios cuarteados, secos, pálidos o la pérdida del apetito, son signos claros de que el bazo necesita atención. La boca es su ventana externa, y cualquier alteración puede ser la voz silenciosa de este órgano pidiendo equilibrio.

Guardián de la sangre

El bazo también tiene la función de contener la sangre en los vasos. Si esta función se debilita, pueden presentarse hemorragias, reglas muy abundantes o irregulares, señalando que la energía de contención está fallando.

La humedad, su gran enemigo

El bazo detesta la humedad. Este exceso puede venir tanto del clima como de una dieta inadecuada. Cuando hay demasiada humedad interna, el bazo se enlentece, se congestiona. El sabor amargo actúa como su medicina natural, ayudando a secar el exceso de humedad y devolviendo el dinamismo a su energía.

Una red energética compartida con el estómago y el páncreas

El meridiano del bazo está profundamente ligado al del estómago y páncreas. Juntos, forman el centro energético responsable de la digestión, la asimilación de los nutrientes y la calidad de la sangre. Esta alianza demuestra que la nutrición es un proceso tan físico como emocional.

El bazo y la mente: exceso de pensamiento, ansiedad y memoria

En su dimensión psíquica, el bazo está vinculado al pensamiento, la concentración, la memoria y la reflexión. Cuando una persona piensa demasiado, se preocupa constantemente, vive en los recuerdos o estudia sin descanso, satura el meridiano del bazo, lo que se manifiesta en pérdida de apetito, hinchazón abdominal, fatiga mental, ansiedad y olvido.

Por eso, cuidar el bazo es también aprender a silenciar la mente, a pausar, a digerir no solo alimentos, sino también emociones e ideas.

Actividades que fortalecen su energía

Actuar, cantar, enseñar… son actividades profundamente terapéuticas para quienes tienen alteraciones en el meridiano del bazo. Estas prácticas activan la expresión, liberan la energía acumulada y ayudan a recuperar el equilibrio emocional.

Cuando el bazo fluye en armonía, la persona es reflexiva, compasiva, con buena memoria, crítica constructiva, apetito regulado y un sueño reparador.

Remedios energéticos

Una forma sencilla y natural de descongestionar este órgano es beber una infusión de hinojo, especialmente después de las comidas. Su poder digestivo y relajante actúa como un bálsamo para el bazo y el estómago.

Los Riñones: Fuente de la Voluntad, Guardián de la Esencia Vital

Riñones radiantes de luz

En la visión sagrada de la Medicina Tradicional China, los riñones son el núcleo de la energía ancestral. Desde el momento en que nacemos hasta el día en que partimos, los riñones almacenan nuestra «Jing», la esencia vital, aquella energía heredada de nuestros padres que determina nuestra longevidad, fertilidad, desarrollo, fuerza de voluntad y claridad espiritual.

Sin un riñón fuerte, no hay raíz firme en la vida.

Almacén de la energía vital y regulador del destino físico

Toda la energía del cuerpo acaba en los riñones. Allí se conserva, se filtra, se transforma y se distribuye según las necesidades. Por eso, los riñones están profundamente ligados a la reproducción, el crecimiento, la maduración y la longevidad. Si esta energía disminuye, aparecen síntomas como envejecimiento prematuro, infertilidad, debilidad ósea o desarrollo lento.

Cuidar los riñones es cuidar el pulso mismo de la vida.

La sequedad, su mayor enemigo

Los riñones necesitan humedad interna para conservar su poder vital. La sequedad los agota silenciosamente. Para contrarrestarla, se recomienda el sabor picante en su justa medida, ya que moviliza los líquidos corporales y lubrica el sistema renal, devolviendo la fluidez donde había rigidez.

Aliado energético de la vejiga

El canal del riñón se comunica íntimamente con la vejiga, completando un circuito esencial para la regulación del agua, la filtración de toxinas y la eliminación de lo innecesario. Esta alianza energética no solo cuida el cuerpo físico, sino que también refleja la capacidad emocional de soltar el miedo y limpiar memorias ancestrales.

El riñón como raíz de la psique: miedo, voluntad y confianza

A nivel emocional, los riñones están estrechamente vinculados con el miedo. Un miedo profundo, prolongado o no resuelto, drena la energía de los riñones, afectando su función vital. Esto puede derivar en síntomas como trastornos urinarios, diarrea, emisiones involuntarias, baja libido o incluso alteraciones neurológicas.

Un trauma, una pérdida, un diagnóstico inesperado o un cambio forzado pueden generar un exceso de energía que los bloquea, dejando al alma sin dirección ni fuerza.

Pero cuando los riñones están equilibrados, nace la voluntad firme, la dulzura interior, la seguridad personal y la intuición profunda. Son personas que inspiran confianza, capaces de planificar y caminar con firmeza su destino.

Los riñones crean el sistema nervioso y regulan el agua del cuerpo

Los antiguos sabios chinos reconocieron en los riñones el poder de crear la médula ósea, la columna vertebral y el cerebro. De ahí su vínculo con el sistema nervioso, las glándulas endocrinas, las hormonas y el equilibrio integral del organismo.

Además, son los reguladores del agua en el cuerpo, controlando la orina, los líquidos intercelulares y los iones en la sangre. Su acción depura, hidrata, equilibra y sostiene.

Proyección en huesos, oído y cabello

Cuando los riñones están debilitados, el cuerpo lo manifiesta claramente:

  • Fragilidad ósea, artrosis y dolor lumbar,
  • Pérdida de audición o zumbidos en los oídos,
  • Caída del cabello, dientes flojos o calvicie precoz.

Estas señales no son casualidades, sino mensajes del cuerpo pidiendo una reconexión con la raíz energética.

Sanar los riñones con sonidos y conciencia

Existen prácticas antiguas y profundas como los sonidos curativos, que actúan directamente sobre los órganos, armonizando su vibración, liberando emociones estancadas y revitalizando su energía esencial. Son sonidos sutiles que se pronuncian con intención, respiración y conciencia. Una medicina sonora que despierta el alma.

Desde el punto de vista de la circulación del Chi, la alegría armoniza y favorece su circulación, pero el orgullo y la pedantería la enlentece hasta enturbiar la mente. La cólera y la furia hacen ascender el Chi, por tal razón, los dolores de cabeza se deben tratar sedando el meridiano del hígado; la preocupación y la obsesión lo estancan; el miedo y la ansiedad, lo hacen descender; el terror lo perturba; la tristeza lo dispersa; y el arrepentimiento o la culpa lo enlentecen

Yin y Yang: El Equilibrio Esencial en la Medicina China

En el corazón de la Medicina Tradicional China late un principio universal que da sentido a toda su estructura: el Yin y el Yang. Más que símbolos, son fuerzas vivas, dinámicas y complementarias, que describen los movimientos de la naturaleza, del cuerpo y del alma. Comprender esta dualidad es entender la danza de la vida, donde cada elemento tiene su opuesto, y juntos se sostienen, se equilibran y se transforman mutuamente.

Yin y Yang: opuestos que se necesitan

El Yin representa lo profundo, lo femenino, lo receptivo, lo interno, lo frío, lo nutritivo.
El Yang encarna lo activo, lo masculino, lo exterior, lo cálido, lo dinámico, lo transformador.

Ninguno puede existir sin el otro. En cada inhalación hay exhalación, en cada día hay noche, en cada emoción hay sombra y luz. Así como la luna no existe sin el sol, el Yin no puede manifestarse sin el impulso del Yang, ni el Yang sostenerse sin el anclaje del Yin.

Órganos Yin y órganos Yang: una pareja sagrada

La medicina china identifica 12 órganos principales, divididos en 6 órganos Yin y 6 órganos Yang, que funcionan en pareja, colaborando para mantener la armonía del cuerpo y del espíritu:

Órganos YinÓrganos Yang
Corazón (C)Intestino Delgado (ID)
Hígado (H)Vesícula Biliar (VB)
Pulmón (P)Intestino Grueso (IG)
Bazo (B)Estómago (E)
Riñón (R)Vejiga (V)
Pericardio (MC)San Jiao / Triple Recalentador (TR)
  • Los órganos Yin son considerados macizos y profundos. Su función principal es almacenar la energía vital y las sustancias corporales esenciales: sangre, esencias, líquidos y emociones. Desde estos órganos nacen las emociones y el psiquismo, convirtiéndolos en guardianes silenciosos de nuestra vida emocional y espiritual.
  • Los órganos Yang, en cambio, son huecos y activos. Están encargados de los procesos de digestión, absorción, transformación y eliminación. Se ocupan del contacto con el mundo exterior, reciben los alimentos, los transforman y liberan lo que el cuerpo ya no necesita.

El equilibrio como clave de salud

En la práctica clínica, un problema en un órgano Yang puede estar profundamente ligado a su par Yin. Por ejemplo, un trastorno en la vejiga (Yang) suele revelar una debilidad en los riñones (Yin); o una alteración en el intestino delgado (Yang) puede desequilibrar la energía del corazón (Yin), afectando no solo el cuerpo, sino también la claridad mental y emocional.

Cuando Yin y Yang se desequilibran, surge la enfermedad. Pero cuando se reconcilian, cuando se respetan y se armonizan, la salud y la paz interior florecen.

Conclusión: El cuerpo como templo de equilibrio entre energía, emoción y conciencia

La Medicina Tradicional China nos ofrece una mirada profundamente sabia e integradora del ser humano. No separa el cuerpo de la mente, ni las emociones del funcionamiento de los órganos. Cada órgano es un universo vivo, con una función fisiológica, una manifestación emocional, una conexión energética y un reflejo espiritual.

El corazón, centro del Shen, nos habla del amor, de la conciencia y de la palabra verdadera.
Los pulmones, guardianes del aliento, nos enseñan a soltar la tristeza y a abrirnos al presente.
El hígado, estratega interno, regula el flujo de la vida, del deseo y de la transformación emocional.
El bazo, digestor de materia y de pensamiento, nos ayuda a asimilar no solo lo que comemos, sino también lo que vivimos.
Los riñones, raíz de nuestra vitalidad, resguardan la esencia de nuestra vida y sostienen la voluntad, la confianza y la conexión con nuestro destino.

Y en el centro de todo, el principio del Yin y el Yang: dos fuerzas opuestas y complementarias que se buscan, se equilibran y se necesitan. Cada órgano Yin tiene su pareja Yang, recordándonos que nada existe en soledad, que toda salud es una danza entre lo interno y lo externo, lo sutil y lo concreto, lo que se guarda y lo que se transforma.

Sanar no es solo eliminar un síntoma, sino recuperar el equilibrio sagrado de nuestro ecosistema interno. Es alinear nuestro cuerpo físico, nuestra energía vital, nuestras emociones y nuestra espiritualidad. Es honrar la sabiduría del cuerpo como un puente hacia la conciencia.

Cuando comprendemos que cada emoción tiene un órgano, que cada órgano guarda una historia, y que cada desequilibrio es una oportunidad de evolución, entonces dejamos de luchar contra la enfermedad y comenzamos a escuchar su mensaje.

Porque el cuerpo no grita para castigar. El cuerpo grita para despertar.

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