Con la comunicación consciente aprendemos que a medida que avanzamos en nuestro viaje interior sobre la consciencia y el desarrollo espiritual, van cambiando nuestras prioridades respecto a las relaciones con los demás. Esto puede generarnos ciertos trastornos y desafíos en las relaciones, pero también interacciones muy hermosas. Por un lado tenemos la agitación a la que nos lleva la consciencia y por otro la dificultad interna y externa por la que pasamos durante el desarrollo. Durante este proceso seguramente aparezcan algunas preguntas como: ¿Por qué tendemos a perder tan facilmente nuestro centro mas profundo?…. ¿Por qué nos desempoderamos a nosotros mismos y nos deslizamos hacia una consciencia más baja?…
Es por eso que he elaborado estos 7 principios básicos para dejar claro que se necesita para llevarnos a estar mas centrados en la comunicación consciente y la expresión con nuestro yo superior, sin importar el como sea la interacción.
1.- Céntrate en Ti
Este no es que sea un concepto egoísta sobre el “solo importan mis cosas”. Más bien se trata de asumir la responsabilidad de cómo lidiamos con nuestras heridas internas.
Desde una perspectiva mas espiritual, nosotros, como almas, somos expresiones únicas de nuestro yo superior, que se originan en la fuente y fluyen a través de distintas densidades de conciencia. Es como la gota de agua que forma parte del océano. Es una gota no por ello deja de ser océano.
A medida que los planos se vuelven más densos, la energía parece más separada y por lo tanto, más importancia cobra en nuestra conciencia (piensa en los planos mental, emocional y físico). Por lo tanto, es muy fácil identificarse con estas densidades de separación más bajas.
El problema con esto es que cuando dentro de estas densidades, nos encontramos con situaciones desafiantes, tendemos a olvidar nuestra propia identidad centrándonos únicamente en la situación. El dolor se entierra como trauma en nuestro campo cuerpo-mente y desarrollamos mecanismos de afrontamiento que aparecen como patrones de conducta inconscientes y condicionados. Es ahí cuando aparecen sentimientos como la traición, el abandono o la soledad. Debido a que estamos identificados con la separación, tendemos a querer proyectar eso que sentimos en las personas que han desencadenado nuestro dolor. Cuando sentimos emociones de las que hemos hablado por ejemplo, casi siempre es por una situación que refleja y activa un dolor que YA existe dentro de nosotros.
Cuando nos damos cuenta de que otras personas son simplemente un espejo de nuestra experiencia interna, podemos asumir toda la responsabilidad de cómo percibimos y lidiamos con el dolor que surge en nosotros. Asumir la responsabilidad es una de las cosas más poderosas que podemos hacer por nosotros mismos. Nos damos a nosotros mismos el poder sobre la experiencia de nuestro dolor.
2.- Aprende de las experiencias dolorosas.
La mayoría de nosotros interactuamos con otras personas condicionados en cierta manera por un sentimiento de querer ser aceptados. Esto proviene de uno de los condicionamientos más profundos de nuestra conciencia: el evitar experiencias dolorosas y la búsqueda de experiencias placenteras.
Pero esto solo nos mantiene en las densidades más bajas de vibración. Tan pronto como identificamos nuestro dolor como ‘malo’ y buscamos evitarlo con por ejemplo comida, entretenimiento o incluso drogas, creamos una identidad en torno a la experiencia. Se convierte en nuestra solución frente a ‘el dolor’.
Sin embargo, podemos superarlo cuando nos damos cuenta de que las experiencias dolorosas también tienen su lugar. Son indicadores donde mantenemos un trauma sin sanar. Y son oportunidades para liberar ese trauma y expandirse hacia densidades más altas.
Si hay un resultado que está alineado con una conciencia superior, es la autorealización. Cuando hacemos de la autorealización nuestra prioridad, nuestra única meta, ganamos y comprendemos cada situación que experimentamos. Nos lleva a una mayor expansión de la conciencia, a una expresión más clara de los límites y a relaciones más alineadas y satisfactorias.
3.- Ser honesto con uno mismo y con los demás
Cuando somos conscientes y responsables de nuestras experiencias, abandonamos el apego a los resultados que producen y hacemos de la autorrealización una prioridad. Esto puede sentirse como una especie de ‘herida del espíritu’.
Ser honesto no significa expresar siempre nuestra verdad hacia el exterior. Más bien significa honrar nuestra verdad de una manera auténtica y sincera.
Cuando llegamos a este nivel, nos damos cuenta de que, debido a que todos nos originamos en una fuente de consciencia, las verdades de otras personas no son más o menos válidas que las nuestras. Sí, puede haber un reconocimiento de que la verdad de alguien está mas distorsionada por alguna experiencia traumática que haya tenido y que le conduce a un apego al resultado y a la manipulación. Pero mirándolo por otro lado, esto también le conduce a una comprensión más amplia del funcionamiento de uno mismo.
¿A qué conduce expresar la verdad en la comunicación consciente ?… Bueno, no siempre es un camino fácil. Es probable que muchas relaciones cambien, algunas incluso pueden alejarse. Puede ser todo un desafío dejar ir a las personas con las que has estado cerca pero que ya no resuenan con tu verdad.
Sin embargo, puedo asegurarte, que con el tiempo, expresar la verdad conduce a una mayor alineación y satisfacción en las relaciones. Cuando expresas claramente quién eres en el mundo exterior, el exterior se realinea en consecuencia.
4.- A veces, la mejor comunicación consciente es la pasiva
Como mencioné antes, honrar nuestra verdad no significa que siempre sea correcto el expresarla externamente. La clave aquí es reconocer que no solo hay verdades individuales a tener en cuenta, sino que además hay una verdad más amplia. Entonces, ahora la pregunta es, «¿cómo puedo honrar mi verdad dentro del contexto de la verdad más amplia?…».
Hay 2 situaciones en las que mantenerse en una posición pasiva puede sernos de gran ayuda. En primer lugar, cuando reconocemos que estamos obligados a escuchar y mantener el espacio para otro. A veces, las personas se abren a nosotros y podemos sentir un impulso para expresar nuestra opinión u ofrecer algún consejo. Sin embargo, esto puede interrumpir el proceso que está llevando a cabo la otra persona. Volverse pasivo y receptivo en esta situación puede tener un efecto catalítico mucho más profundo de lo que pensamos.
La segunda situación en la que una comunicación consciente pasiva puede sentirse bien, es cuando reconocemos que sería una pérdida de energía estar mas activo en la conversación. Esto sucede cuando estamos con personas que simplemente ven el mundo de una manera diferente a nosotros y están muy apegados a ello. Entonces podremos observar que quizás no haya necesidad de expresarnos y más bien conservar nuestra energía.
Cuando reconozcas que se te invita a la conversación, solo asegúrate de hacerlo desde la verdad más amplia. No tengas miedo a expresarte (miedo al juicio por ejemplo).
5.- Se trata de movimientos de energías
Cuando liberamos nuestra identidad de las densidades más bajas, abandonamos el apego a los resultados y nos hacemos conscientes de una verdad más amplia que nos está ocurriendo, nuestra sensibilidad a las energías subyacentes aumenta considerablemente.
Cuando esto sucede, empezamos a saber instantáneamente cuando los demás no están siendo auténticos. Podemos sentir cuando su expresión no refleja lo que sucede más adentro.
La herramienta clave para esto es la empatía. Cuando nos volvemos lo suficientemente sensibles, empezamos a sentir las emociones de los demás como si fueran nuestras. En este punto se vuelve muy importante ser capaz de distinguir entre tu experiencia y la de la otra persona. La clave es fortalecer nuestra esencia.
Cuando nos volvemos sensibles al movimiento de la energía, se vuelve mucho más difícil el ser manipulados o engañados. Es imperativo que comencemos a confiar en nuestra propia percepción, sin importar cuán sutil pueda ser o cuán aparentemente ilógica.
6.- El conflicto puede ser bueno cuando se maneja conscientemente
El conflicto suele ser la causa número uno en derribar patrones de conducta inconscientes y condicionados. Esto suele suceder cuando aparece. Por lo tanto, también es una de las situaciones más catalizadoras para nuestra propia autorrealización.
La clave para no perdernos en el conflicto es convertirnos en testigos de nuestra propia experiencia. Cuando observamos nuestro cuerpo, emociones y pensamientos, empezamos a despegarnos de lo que creemos que somos. Puede sentirse como una especie de vacío, pero es simplemente un desapego del ego. Cuando nos centramos en esto durante un conflicto, se vuelve imposible perdernos en nosotros mismos.
Entonces, comenzamos a tener una especie de experiencia dual. Por un lado, estamos centrados en el testimonio durante la comunicación consciente , pero aun así dejamos que la experiencia fluya según sea necesario. Esto incluye experimentar por completo cualquier dolor que se desencadene. De esta manera tenemos la oportunidad de trabajar y sanar nuestros traumas sin perdernos.
7.- Ten paciencia contigo.
Esto solo me deja decir, tómatelo con calma. No te tomes todo demasiado en serio. Todos volvemos a caer en el camino en el ego. Está bien. Todo es parte del proceso. Ahora puedes experimentar el espejo exterior y la retroalimentación cuando caes en un comportamiento reaccionario inconsciente pero desde una nueva perspectiva. Así que no hay necesidad de juzgar. Este proceso lleva tiempo.
Conclusión
Cuando trabajamos a través de los 7 principios básicos:
- Trabajamos a través de nuestros desencadenantes de una manera sana.
- Expresamos límites auténticos y claros.
- Nuestro lenguaje se vuelve más claro y un reflejo más preciso de nuestra experiencia.
- Nos empoderamos a nosotros mismos y a quienes nos rodean
- Vemos una perspectiva mas amplia.
- Reconocemos y respondemos conscientemente a la manipulación.
- Atraemos relaciones más sanas y satisfactorias a nuestra vida.