Auto Realización personal y Desarrollo Espiritual

Indudablemente, cada persona es un ser individual, único, constituido a imagen y semejanza de su creador, con todas las facultades inherentes para reintegrarse a la fuente original de la cual fue emanado, descendió a este plano material sin memoria de vidas previas, sin embargo ha acumulado experiencias que le han permitido expandir su conciencia.

Es así, que en cada reencarnación realiza un trabajo según el estado de conciencia de vidas anteriores, que no recuerda, porque hay barreras que impiden el acceso y es únicamente con el desarrollo y uso de sus facultades que puede derribar, para acceder a planos superiores de LUZ; al encuentro con su Yo superior.

Cada ser humano viene a este plano para acumular nuevas experiencias de vida, y aunque no recuerde la anterior, en su SER hay una “semilla” latente; la intuición, y será primeramente a través de la intención, el propósito y el uso de su libre albedrío que verá realizados sus proyectos de vida.

La intuición es esa “lucecita” interna, es el Yo superior que desde ese plano desciende a este y se conecta para ayudarnos a superar los nuevos retos que nos presenta esta vida material. Es uno mismo que se está conectando con su otro Yo soy para realizar cosas maravillosas como seres de Luz que somos.

La humanidad en general está despertando a esa nueva conciencia de vida, nuevos paradigmas que se apoyan en modelos que van más allá de los viejos conceptos lineales de espacio y tiempo, ahora sabemos que el espacio y el tiempo son las condiciones bajo las que vivimos en este mundo de tercera dimensión.

La transformación del Ser Humano se está realizando en cada individuo que está cultivando esa “semilla interior”, que está germinando y que lo llevará a descubrir esas enormes potencialidades que es capaz de desarrollar, siempre y cuando su intención sea elaborar un proyecto de vida, de Autorrealización personal y Desarrollo Espiritual, es decir: buscar el equilibrio en una vida sana, digna y armónica, dentro de su entorno personal, familiar y social, sin olvidar el trabajo espiritual, cuya fuente es inagotable, inextinguible, inmortal y eterna.

Cuando se expande la conciencia, le sigue la verdadera expansión del Ser. Es esa expansión de la conciencia lo que yace en la base del proceso de espiritualización. Es el segundo nacimiento, el nacimiento del espíritu y lo que nace es un nuevo ser, un nuevo hombre, que ha entendido que su verdadera naturaleza es su naturaleza original como un ser no físico, viviendo en un universo multidimensional no físico, del cual la existencia física es solo una dimensión.

La preparación académica, indudablemente está diseñada para forjar profesionistas en los diferentes campos del humano vivir, para desarrollar un trabajo profesional, con toda honestidad, ética y eficiencia, como un apostolado, donde además de ser un sustento económico familiar, con su aportación profesional contribuye al desarrollo y expansión de nuevos avances de crecimiento técnico, moral y económico de la fuente de trabajo.

Actualmente la humanidad vive un cambio vertiginoso cuyos extremos forman el parteaguas de una nueva sociedad que demanda por imperativo cósmico el despertar hacia nuevos paradigmas que incluyen: el amor universal, con la tolerancia y paz-ciencia para ilustrar al ignorante, auxiliar a los que tienen hambre y sed de justicia asistiéndoles en la liberación de sus ataduras y así crear un ambiente donde se cultive la expansión de la con-ciencia, cuyas bases descansen en el Estudio del Ser humano y su Creador, el respeto al prójimo y todo lo creado para que halla armonía, progreso y paz.

Estamos en el amanecer para despertar a un nuevo mundo donde ciencia y religión sean un misma cosa, un mundo donde todos vamos a buscar y encontrar nuestra propia esencia y conforme avancemos en esa búsqueda descubriremos que todos somos uno y uno somos todo.

Cuando halla una real conciliación y fusión entre la ciencia y la religión, que se respete la libertad, que cada ser humano demanda para su autorrealización personal y espiritual, entonces estaremos amaneciendo a una nueva vida, a un nuevo despertar de la conciencia, con una nueva Luz con “L” mayúscula, fuera de personalismos, egos, vanidades y soberbias. Ya no juzgaremos, viviremos en armonía con la naturaleza, comprendiendo que es una manifestación divina y por lo tanto no se equivoca y no perdona a quien la infringe. Está a nuestra disposición para crecer en armonía con ella, que es una fuente que nos alimenta y por medio de ella podemos alcanzar la plena identificación con el Supremo Creador Universal.

En esta Nueva Era, con los avances en la industria electrónica, se ha avanzado paralelamente en las demás, teniendo acceso así a múltiples oportunidades para prepararse en la rama que cada quien elija. Este aceleramiento nos trae cosas buenas si tomamos conciencia de lo trascendente del momento que nos da la oportunidad de crecer, independientemente de una profesión, necesitamos hacer un plan de vida, donde contemplemos tres partes básicas:

Saber que tenemos tres cuerpos que alimentar: el cuerpo físico, el moral y el espiritual. Darle a cada uno su espacio para alimentarlo y fortalecerlo.

El alimento del cuerpo físico es básico para el desarrollo de los otros dos, (mente sana en cuerpo sano). El alimento para el segundo cuerpo es la formación moral de la familia, cuya responsabilidad atañe a los padres (alimento, educación y seguridad económica).

El alimento para este cuerpo (Espíritu), es una decisión personal, es el encuentro con uno mismo, es buscar la esencia de lo que somos; de donde venimos y hacia donde vamos.

Así pues, si uno busca mantener el equilibrio en la alimentación correcta de estos tres cuerpos, será mucho más fácil disfrutar de una familia sana que convive armónicamente y sobre todo se le ha preparado para navegar y superar los obstáculos que se le presenten en el trayecto de esta vida terrena, que cada quien en lo individual o como pareja hayan trazado con anticipación, un proyecto de vida.

La matesis (praxis) es la práctica, el ejercicio, la vivencia, la realización de ese proyecto de vida, cuyo objetivo sea una premisa en nuestra vida diaria; además debemos considerar que en el transcurso el plan podrá estar sujeto hacia algunos ajustes. Sin embargo el objetivo será que nuestro proyecto integral sea realizado plenamente.

En este mundo tan acelerado en que vivimos, hagamos buen uso de los avances científicos y tecnológicos para sacar el mejor provecho a nuestro proyecto de vida, pongamos nuestro mejor y mayor esfuerzo en lograr nuestro objetivo; es la misión que cada ser humano debe desarrollar en su proceso de evolución para encontrarse con su Yo Superior y continuar su ascenso hacia la identificación plena con su esencia, con su Creador, con la UNIDAD.

Por Daniel Uriarte Urias.

Fuente: Abundancia, Amor y Plenitud

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