Causas Emocionales de las Piernas
Las piernas me transportan hacía delante o hacía atrás, me dan una dirección propia, estabilidad, solidez y una base firme. Representan pues mi capacidad de adelantar en la vida, de ir hacia delante.
Mis piernas me permiten ir o no ir al encuentro de la gente, acercarme o apartarme de ella.
Mis piernas reflejan pues todos los sentimientos que puedo vivir con relación al movimiento y a la dirección por tomar y representan así todo el campo de las relaciones con mi entorno.
Piernas débiles me indican que hay poca energía que circula en éstas, lo cual denota en mí una falta de seguridad, una incapacidad en quedarme de pie y a estar fuerte delante de cierta situación o cierta persona. Entonces, tengo tendencia a ser dependiente de los demás. Busco mi apoyo y mi motivación en los demás en vez de hallarlos en mi interior.
El grosor de las piernas me da también informaciones: si tengo piernas pequeñas, tengo más dificultad en conectar con el mundo físico, material y me gustaría más delegar las responsabilidades que están vinculadas a ello en vez de asumirlas. Al contrario, si tengo piernas gordas, éstas soportan un peso excesivo: las responsabilidades que decidí tomar (sobre todo en el plano material) y no sólo las mías, las de los demás que a veces acepté por obligación.
Es evidente que sin piernas es imposible impulsarnos hacia delante para caminar o para correr.
El dolor en la pierna tiene una relación directa con nuestra forma de hacer frente al futuro, con nuestra capacidad de impulsarnos y avanzar en la vida. Indica los temores que se experimentan en este aspecto; el miedo a arriesgarse a algo nuevo o a realizar acciones que nos lleven hacia la meta actual. Puede estar relacionado con un nuevo trabajo o con el ser amado.
Por otro lado, si la pierna duele sobre todo en posición de reposo, el mensaje indica que esta persona no se permite detenerse el tiempo suficiente como para prepararse para un nuevo destino.
Si la pierna te duele durante el movimiento, el mensaje es preciso: tu cuerpo te dice que reflexionar demasiado antes de avanzar no te beneficia. Esta reflexión prolongada o tu indecisión provienen de tus temores. Estos últimos, aunque pretendan ayudarte a no cometer errores, te impiden vivir una o algunas experiencias que necesitas en este momento.
Desarrolla más confianza en ti y en el Universo, lo cual te dará el aliento necesario para pasar a la acción.
Si por el contrario, el dolor de pierna se produce sólo en estado de reposo, eres del tipo de persona que quiere ir demasiado rápido y hacer mucho. Tu cuerpo te dice que dejes de creer que si descansas un momento serás considerado perezoso o ingrato.
Cuando hay dificultad con mis piernas, debo pararme y preguntarme lo siguiente:
¿Cuál es la situación actual o qué veo venir que me hace tener miedo del porvenir?
Resisto al cambio, me siento “paralizado” y puedo estar tan asustado que tengo el gusto de “tomar las de Villadiego”; pero ¿es ésta la verdadera solución?
¿Con quién tengo dificultades racionales que son fuente de tensión y de conflicto?
Adelanto y evoluciono cada día, cada momento, y problemas en las piernas sólo manifiestan que existe actualmente obstáculos que debo quitar para seguir mi camino hacía una felicidad más grande y una armonía más grande. Sea la que sea la nueva situación que se presente a mí, ¿puedo hacerme confianza e ir más allá de mi resistencia al cambio?
Tener molestias en las piernas significa que tienes dificultad de avanzar y no nos referimos a la acción de moverte, sino al sentimiento de estancamiento y la dificultad de relacionarte con otras personas.
Cuando el dolor se va hasta los pies, es una representación de que estás preocupado o presionado por un problema específico. Esto se debe a que ellos son fundamentales en la estabilidad de tu cuerpo y te dan la capacidad de moverte; por tal motivo un problema emocional los frena.
Sufrir esguinces o torceduras en las articulaciones de las piernas representa inestabilidad emocional, lo que impide tomar decisiones y cambiar de objetivos de vida o estar obligado a hacer algo que no deseas.
En general, las piernas son un buen medidor para analizar los efectos de las emociones en la salud. Así que cuando sientas malestares, además de hacer una revisión fisiológica de ellas, analiza la situación sentimental por la que estás pasando.
PIERNAS – PARTE INFERIOR (pantorrilla)
La parte inferior de mis piernas se halla al nivel de la pantorrilla, la cual está sostenida por los huesos de la tibia y del peroné. Las pantorrillas me permiten avanzar.
Representan así una protección con relación a mi pasado mientras adelanto en la vida.
Si me duele, o si tengo rampas en las pantorrillas, debo frenar mi ritmo.
¿Quiero yo parar ciertos acontecimientos que me esperan o me dan miedo?
¿Tengo yo la sensación de que se atropellan los acontecimientos, que todo va demasiado de prisa?
Mi cuerpo me dice que puedo tener confianza en el porvenir y que la vida se cuida de mí
PIERNAS – PARTE SUPERIOR (muslo)
La parte superior de mis piernas, a la altura del muslo que está llevado por el hueso del fémur, refleja mi tendencia a retener cosas, más frecuentemente vinculadas a mi pasado. Si vuelvo a vivir constantemente el pasado o si vivo culpabilidad frente a ciertos acontecimientos, esto tendrá por efecto que se ira almacenando en mis muslos, éstos se engordarán.
También puedo haber guardado rencor o amargura.
Es como si mi pasado me retuviese hacía atrás y me impidiera ir hacia delante.
Mis heridas y mis traumatismos me hacen “arrastrar la pierna”.
Piernas gordas pueden significar que almaceno demasiado (tanto en el plano material, emocional, como intelectual), que guardo cosas para ¡“el caso en que…”!, por inseguridad, por miedo a carecer de algo o de alguien.
Igual como los esquiroles, hago reservas en previsión de una hambruna posible, pero frecuentemente sin fundamento.
Es bueno que “haga limpieza” para guardar sólo lo que es benéfico para mí.
PIERNAS – VARICES
Las varices son causadas por una dilatación excesiva y permanente de una o varias venas, acompañada de una alteración de la pared del vaso sanguíneo.
La persona que padece de varices es aquella que desea darse más libertad y tiempo libre, pero no sabe cómo hacerlo.
Es del tipo que se hace cargo de muchas labores aunque le resulten pesadas y penosas, a causa de que exagera la importancia de sus preocupaciones.
Al mismo tiempo le resulta difícil realizarlas con alegría.
Puede ser una persona que se obliga a permanecer en una situación que odia.
Por otro lado, observa la parte del cuerpo afectada por las varices para saber dónde se sitúa el problema.
Cuanto mayor sea la sensación de pesadez que te aportan las varices, más fuerte es el mensaje que recibes de que la vida te parece pesada y penosa.
Es momento de saber que no necesitas estar dirigido por los «tienes que».
Puedes permitirte un descanso temporal sin creer que, por ello, no eres una buena persona.
La vocecita que siempre te empuja a hacer más o a hacerlo mejor, no es la voz de tu corazón.
Deja que éste te dirija; él conoce mejor tus necesidades.
Elige lo que quieres y lo que amas.
Las varices se sitúan habitualmente en las piernas. Son el resultado de venas hipertrofiadas.
Mis piernas me permiten andar por la vida, desplazarme de un lugar a otro.
Varices en las piernas demuestran una mala circulación. Así, puedo concluir que el lugar en el cual estoy ya no me conviene o que no me gusta lo que realizo actualmente. Ya no le encuentro alegría. Puede tratarse de una relación afectiva o incluso de un trabajo que se me ha hecho monótono.
La sangre representa la alegría de vivir y la circulación del amor en mi Universo y mis venas son el medio de locomoción.
La sangre en mis venas está en el camino de vuelta hacía el corazón, llevando con ella todo el amor que recibió del Universo.
La varicosidad puede indicar que un profundo conflicto emocional está directamente vinculado a la capacidad de amarme y de recibir todo este amor.
La dirección que tomo o el suelo en que estoy no me dan lo que estoy esperando, en el sentido emocional. Esto bloquea y alborota mi “movimiento emocional”.
Tengo la sensación de arrastrar un peso enorme, como el preso que debe arrastrar constantemente su peso. Frecuentemente se trata de un peso financiero, el dinero causándome muchos dolores de cabeza y acechándome la avaricia.
En general, tengo más la impresión de subir situaciones que de crearlas.
Varices en las piernas aparecen frecuentemente durante un embarazo, lo cual demuestra que ciertos temores están vinculados a este estado; como mujer embarazada, tengo miedo de compartir este amor con otra persona, perder mi individualidad en mi nuevo papel de madre.
Me siento desbordado y tengo miedo de no realizarlo todo porque tengo tendencia a aumentar los pequeños detalles.
Entonces puede producirse el desánimo.
Para restablecer esta situación, es importante que aprenda a amar lo que hago.
Soy libre de elegir y circular libremente.
SISTEMA LOCOMOTOR
El sistema locomotor está vinculado a mi movilidad y mi flexibilidad, lo mismo que a mi apertura interior y mi apertura exterior.
Reúne los huesos, los músculos, los tendones y los ligamentos. El armazón que sostiene todo mi cuerpo está formado de los huesos. Éstos son los que representan mis principios morales, mi estructura, mi honradez, mi rectitud, mi estabilidad.
Cuando me vuelvo demasiado rígido en mis pensamientos, mis huesos también lo hacen y corren peligro de romperse más fácilmente.
En cuanto a las extremidades de mi cuerpo y mis músculos, simbolizan la acción y el movimiento.
Gracias a mis manos, puedo “coger” las cosas, agarrarme a ellas.
Mis piernas me permiten avanzar en la vida.
Una dificultad a moverme me indica que tengo miedo de progresar.
Una falta de humildad o una negación a “doblarme” o a admitir mis errores tendrá por efecto que me costará doblar las rodillas.
Mis pies representan la estabilidad.
Conservo así el contacto con la tierra firme, tengo “ambos pies en el suelo”.
Cada parte de mi cuerpo me ayuda a tomar consciencia de mi flexibilidad o de mi rigidez.
Elijo estar a la escucha de mi cuerpo porque es el guía de mi estado interior.