Muchos estamos familiarizados con la idea del alma, el concepto de que nuestro cuerpo es un vehículo físico transitorio para un aspecto energético de nuestra conciencia, que es nuestra verdadera esencia. Tanto la ciencia convencional, como muchas de las personas que viven a nuestro alrededor, descarta esta idea. Sin embargo, hay otras que sienten e intuyen la presencia de algo más grande dentro de sí mismos. Algo mas grande que mueve los hilos, una consciencia universal. Es posible que tu seas uno de ellos y es por ello que te sentiste de una u otra manera atraído por este artículo. A medida que se acelera el gran cambio de consciencia de la humanidad, cada vez más personas sienten esta presencia y se conectan con ella.

Si tomamos el concepto de que existe una energía superior a nuestro yo como un hecho, tarde o temprano nos haríamos la siguiente pregunta… ¿La idea que tenemos de nuestra alma es precisa y completa?… Existen muchas fuentes que dicen que no lo es, que es demasiado simplista. Algunas escuelas de pensamiento o religiones se suscriben a un modelo muy simple que vamos a explicar a continuación.

Libro abierto de religion y consciencia universal

Modelo simple de conexión con lo superior

Este modelo representa solo dos entidades: Fuente ó Dios y las Almas (conectadas a los cuerpos). Lo más notable es que tienen el concepto de que el alma ha sido creada por un ser superior, pero a su vez se encuentra separada de este creador. Esta representación es muy simple y fácil de entender, pero es una simplificación excesiva. La idea de que estamos separados de la Fuente / Dios es simplemente errónea. Afortunadamente, cada vez menos personas creen en este modelo en particular.

Otra escuela de pensamiento ofrece un modelo algo más sofisticado como mostramos a continuación.

Modelo de capas

Cuando hablemos del término del «ser», vamos a pensarlo como una «entidad energética sensible» y no como un «ser físico». La mayoría de nosotros tenemos una tendencia a personificar de una forma física el concepto del «ser», y esto es un error. La esencia de todo ser no es algo físico.

Este modelo considera que el Alma es parte de una entidad más amplia denominada Alma Superior, que a su vez, es parte de la entidad Fuente ó Dios que lo abarca todo. Somos seres de múltiples capas, y cada capa es PARTE DE cada capa sucesiva y a su vez, todas son parte del ser que lo abarca todo al que llamamos Fuente / Dios. Sin embargo, incluso este modelo es una simplificación excesiva.

Si bien estos modelos presentados anteriormente reflejan algunos aspectos de una realidad más profunda, creemos que son solo meras aproximaciones a lo que es la realidad. En el resto de este artículo, presentaremos un modelo más sofisticado que es una mezcla de ideas de varias fuentes diferentes. Este modelo se expande mucho más allá de los modelos mencionados anteriormente. 

Este modelo sugiere que somos entidades multidimensionales presentes en muchos niveles de «realidad» simultáneamente y que somos más poderosos de lo que se nos ha hecho creer o de lo que podemos haber imaginado. Solo una pequeña porción de nuestro ser total está presente en nuestro cuerpo físico, al que podemos haber asumido la totalidad de la identidad pensando que somos nosotros. El tú con el que nos identificamos, es parte de una entidad mucho más grande, que en última instancia es solo una pequeña parte de la entidad suprema que es «todo lo que es», al que se hace referencia a través de los siglos por muchos nombres; Fuente, Creador Infinito, Dios, etc.

Somos seres multidimensionales de proporciones asombrosas y nos encontramos en una búsqueda por conocernos a nosotros mismos y a la propia naturaleza de la existencia.

Universo y consciencia universal

Somos Seres superiores de una Consciencia universal

Entonces… ¿Qué es exactamente el alma y cuál es su la relación con lo que algunos llaman «Dios» y otros llaman «Consciencia universal»?…

Si antes no has escuchado el término de «Consciencia universal», digamos que el universo es consciente, y es consciencia en su propia estructura. El Universo no es en absoluto lo que parece desde nuestra perspectiva tan limitada. Existimos dentro de algo parecido a una gran mente cósmica, a menudo denominada «consciencia cósmica o universal».

Como sugiere el término «consciencia fuente», toda la consciencia se deriva del campo universal de la consciencia. La consciencia de todos y cada uno de nosotros, es un hilo individualizado de la consciencia universal. Esto es lo que es nuestra «alma»: un hilo de consciencia universal con un depósito donde guardamos en forma de patrones de energía la información experimental (memoria local) e ideas que experimentamos en nuestra vida. Nuestra alma es energía sensible como lo es todo el universo.

La consciencia fuente es la inteligencia que creó nuestro Universo, e INDIRECTAMENTE creó todas las almas. Una de las capacidades fundamentales de la consciencia es la capacidad de subdividirse, es decir, de crear copias individualizadas más pequeñas de sí misma. La fuente utilizó este mecanismo para crear el primer nivel de subprocesos de la consciencia, lo que en realidad podría considerarse como un sub-yo. Hizo esto para explorar y experimentar la multiplicidad, en lugar de la unidad. Pero lo más importante, lo hizo como una estrategia para acelerar la exploración de sí misma y de la existencia, y así acelerar su evolución.

Las subdivisiones de conciencia que la Fuente creó dentro de sí misma, en un sentido muy real, pueden considerarse sub-seres. Y aquí está la parte realmente genial, todo lo que un sub-yo experimenta, también lo experimenta su yo superior y por lo tanto, forma la base de una estrategia evolutiva… ¡Unas experiencias masivas paralelas!

El proceso de subdivisión de la consciencia es una capacidad general, repitiéndose por los sub-yoes en cada nivel de consciencia. Todo ello para acelerar su evolución y contribuir así a la evolución de las Fuentes.

La conciencia es como una estructura de ramificación de varios niveles. Si utilizamos la analogía del árbol, la fuente de la consciencia sería el tronco del árbol. El tronco del árbol se divide en muchas ramas grandes, que se siguen dividiendo en ramas cada vez más pequeñas hasta que llegamos a las ramas con una hoja unida al final de cada una.

En este modelo, podríamos comparar las «hojas» con el cuerpo físico. Luego, a medida que avanzamos hacia el tronco, encontraríamos el nivel del alma, y ​​luego el nivel del sobrealma, y ​​luego varios niveles adicionales hasta llegar al tronco del árbol que sale del suelo, el nivel de la Fuente. 

Arbol en atardecer

Un alma superior crea una o más almas con el propósito de conectarse a distintos cuerpos físicos en los planos físicos de la existencia: las bandas de frecuencia más bajas del Universo. Un cuerpo físico es simplemente un vehículo que el alma usa para tener experiencias físicas. La vida física proporciona experiencias únicas y altamente formativas que son muy buscadas por una amplia variedad de seres no físicos. La experiencia física, aunque es desafiante, es una vía rápida de evolución espiritual y por lo tanto, muy codiciada.

El Ser Superior, el Ser verdadero

Entre las personas que aceptan que tienen un alma, la mayor parte están demasiado identificadas con su cuerpo como si fuese su propia identidad. Incluso aquellos que abrazan al alma como su identidad más verdadera, puede que estén perdiendo una apreciación aun más profunda del verdadero alcance de su ser. 

Nuestro cuerpo se creó como una entidad sensible transitoria para servir de vehículo experimental y evolutivo para nuestra consciencia y nuestro ser superior. Entonces, de una forma muy real, podríamos considerar a la consciencia que generó nuestro alma como nuestro VERDADERO YO. Por ello, podemos comunicarnos y extraer información y conocimiento, de cualquier nivel de nuestro ser multidimensional.

Llegados a este punto, es muy posible que nos pregunte: si esto es cierto, ¿por qué no lo sé y no lo siento asi?…. Esta es una muy buena pregunta.

Cuando nuestra alma se encarna (se conecta con el vehículo físico), pierde el recuerdo de la mayor parte de la existencia. Es como cuando despertamos de un sueño y no recordamos que hemos soñado. Este «velo del olvido» es intencional, hace del juego de la tierra una experiencia totalmente inmersiva y verdaderamente formativa. El juego de la vida no sería lo mismo si supiéramos que es solo un juego.

También perdemos mucha de nuestra conexión con nuestro ser superior. Esta es una consecuencia inevitable de encarnar en planos de existencia de menor frecuencia: los planos físicos. Sin embargo, podríamos tener una muy buena conexión con nuestro ser superior si no fuera por una cosa: nuestro ego fuera de control.

La constante charla de nuestro ego con nuestra mente analítica crea tanto ruido mental, que no podemos escuchar la voz interior de nuestro yo superior. Es por ello que la mayoría de las personas de la Tierra hemos perdido casi por completo la conexión con nuestro yo superior y hemos olvidado por completo lo que realmente somos.

Manos de monje rezando

¿Qué necesitamos para restablecer una conexión clara con nuestro ser superior?

Por un lado, necesitamos una mente clara y tranquila. Uno debe apaciguar la charla constante que tiene la mente analítica, el ego, el miedo y la preocupación, que domina la conversación. Otra cosa que no ayuda mucho, son las distracciones constantes que tenemos en nuestra agitada vida diaria y no nos dejan mucho espacio para la presencia de nuestro ser superior. Deberíamos dedicar más tiempo para pasarlo con nosotros mismos, ya sea a través de la soledad, la meditación o un simple paseo por el bosque

Nunca hemos perdido por completo la conexión con nuestro ser multidimensional. Sin que nos demos cuenta, hemos tenido comunicaciones con nuestra parte multidimensional, así como con «otros» seres de dimensiones superiores, especialmente en la infancia, cuando éramos mucho más abiertos y receptivos. Desde entonces, hemos rechazado, ignorado y olvidado la mayoría de estas experiencias «interdimensionales», simplemente porque no entendimos que eran y las descartamos clasificándolas como sueños, imaginación sobreactiva, alucinaciones, etc…

Aunque veamos la pérdida de la conexión con nuestro yo superior como algo negativo, en realidad es una de las razones por las que se ideo el juego de la tierra: experimentar la separación y ver lo que podría enseñarnos.

Otros seres, seres paralelos y muchas vidas

Las muchas encarnaciones en las que hemos participado, pueden estar en cualquier parte del Universo físico, cualquier planeta, cualquier galaxia, cualquier período de tiempo y en cualquiera de los planos de la realidad física .

Pero dado que estamos aquí, teniendo una experiencia en la Tierra, es muy probable que muchas de las otras vidas por las que hemos pasado estén también aquí en la Tierra. El sistema de realidad de la Tierra proporciona unas experiencias muy desafiantes y altamente formativas.

Si usamos la técnica de trabajo interior profundo, conocida como «Regresión a vidas pasadas«, podemos visitar o «ver» nuestras otras vidas. Esto se hace entrando en un estado de trance (a través de la hipnosis o la relajación profunda) y luego siendo guiado, por sugerencia o por su propia intención, para visitar las experiencias de nuestras «otras vidas». En el estado de trance, la mente terrenal se calla, y uno puede percibir desde el punto de vista de cualquier nivel de si mismo y percibir las experiencias de cualquiera de sus vidas paralelas. Todas estas experiencias se registran en un campo de energía o información de nuestro ser superior y son accesibles si centras el foco de tu conciencia en uno de estos niveles de tu ser superior. 

El Yo Superior, el Uno Mismo y la consciencia universal

Una vez que comprendamos y abracemos la naturaleza multidimensional de nuestro ser, nuestra perspectiva se ampliará enormemente. Podemos comenzar de una manera sencilla, simplemente viéndonos a nosotros mismos no como nuestro cuerpo y el ego con el que vivimos aquí en la Tierra, sino como nuestra verdadera esencia: nuestro ser superior. Podríamos aceptar que, en un sentido muy real, nuestro «yo más elevado» es la propia fuente de la consciencia.

«Soy el estado eterno de estar dentro de todos y cada uno de vosotros.»

– Consciencia de origen

Por lo tanto, dado que la consciencia de todos los seres es en última instancia hilos de la fuente de consciencia, podemos decir que solo existe un «Yo», ya que todos somos partes de la consciencia universal. Es por eso que tiene sentido tratar a todos los seres con el mayor respeto y cuidado posible, ¡porque todos son tú!

Existe un mensaje de nuestra Fuente que refuerza lo que hemos estado diciendo aquí:… Yo soy el estado eterno de estar dentro de cada uno de ustedes. Yo soy tú, tú eres yo, somos uno.

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