El Chi Kung ofrece una serie de poderosas técnicas para liberarnos de las emociones negativas, y se recomienda encarecidamente buscar la guía de un maestro o maestra experimentado para realizar estos ejercicios de manera efectiva. La correcta fonación, los movimientos precisos y la intención adecuada son fundamentales en este proceso. Sin embargo, incluso sin dominar completamente estos aspectos, la simple emisión de los sonidos con la intención adecuada puede crear una resonancia que revelará a los practicantes la profunda eficacia de estos ejercicios de Chi Kung.
La práctica de los ejercicios de Chi Kung basados en los seis sonidos: XU, HE, HU, SI, CHUOO y XI (que se asemejan fonéticamente a SHHH, JAO, JU, SSSS, CHUOO y JIII) tiene el poder de reequilibrar la energía del cuerpo, las emociones y la mente. Estos sonidos curativos pueden liberar las emociones desfavorables asociadas a cada órgano y restablecer la conexión con la virtud natural de dicho órgano.
Esta asombrosa técnica, con una historia de miles de años, fue celosamente custodiada por los maestros de Chi Kung hasta hace apenas unas décadas. Su eficacia para disipar las emociones negativas relacionadas con cada órgano es notable. Cada sonido está en armonía con un órgano específico y una emoción correspondiente.
A medida que profundizamos en la práctica, notaremos una transformación de nuestras emociones negativas en positivas, lo que, como consecuencia, contribuirá a mejorar nuestra salud en general.
Fonación y movimientos del Hígado – Elemento Madera.
Comenzar la práctica con calma y atención esencial. Inhala lentamente a través de las fosas nasales, dirigiendo el aire hacia el abdomen, específicamente al área conocida como Dan Tian, que se encuentra aproximadamente a tres dedos por debajo del ombligo. Este lugar, el centro de energía vital, es crucial para la práctica del Chi Kung. A medida que exhalas, emite el sonido «SHHH» de manera suave y consciente. Al hacerlo, siente cómo liberas las emociones negativas que residen en el hígado, como la ira, la cólera, los celos, las frustraciones y cualquier incomodidad que puedas experimentar en la vida.
Durante este ejercicio, la intención se enfoca en los ojos, que se consideran la puerta externa del hígado. El movimiento físico implica una rotación del tronco que se extiende hacia un lado y luego hacia el otro. Este acto de tomar conciencia, dirigir la intención y enfocar el espíritu en lo que haces se conoce como «SHEN» en la práctica del Chi Kung. Aunque pueda parecer desafiante al principio, con la orientación de un maestro o maestra experimentado, se puede apreciar claramente cómo esta técnica se traduce en una experiencia práctica y beneficiosa.
Este ejercicio específico se utiliza para abordar desequilibrios en el hígado. El hígado tiene múltiples funciones importantes, incluido el almacenamiento y la regulación de la cantidad de sangre, el control del drenaje y el flujo armonioso del CHI, que es la energía vital que fluye a través de nuestro cuerpo. Además, el hígado nutre los tendones, ligamentos e incluso se refleja en nuestras uñas. Su ventana externa se encuentra en los ojos.
El ejercicio ayuda a equilibrar los estados coléricos, las frustraciones y los celos. Es importante recordar que el hígado forma una pareja Yin/Yang con la Vesícula Biliar, lo que significa que ambos órganos están interconectados en la armonía y el equilibrio de la energía vital en el cuerpo.
Fonación y movimientos del Corazón – Elemento Fuego
Comienza este ejercicio con una inspiración lenta y profunda a través de las fosas nasales, permitiendo que el aire llene tus pulmones. Luego, al exhalar, emite el sonido «JAOO», pronunciándolo como una prolongada «A» seguida de una prolongada «O». Mientras realizas este proceso, concentra tu atención en la zona del corazón y experimenta cómo expulsas las emociones negativas que puedan residir en este órgano, tales como el odio y la arrogancia.
La intención en este ejercicio se centra en la lengua, que se considera un punto clave para dirigir la energía durante la práctica. Los movimientos que acompañan la respiración y la fonación son fundamentales para lograr la armonía y el equilibrio. Imagina un movimiento ascendente: junta las manos y los antebrazos como si estuvieras recogiendo agua, desde la altura de tu estómago hasta la boca. Luego, abre los brazos y vuelve a bajar las manos de manera relajada.
Este ejercicio específico está diseñado para abordar desequilibrios en el corazón. El corazón cumple una función vital al controlar los vasos sanguíneos, las arterias y la circulación de la sangre en el cuerpo. Además, forma una pareja Yin/Yang con el Intestino Delgado y se considera el regulador general del cuerpo en la medicina tradicional china. El corazón también juega un papel esencial en el control del espíritu (Shen) y en la relación mente-cuerpo. Es el hogar del entendimiento y la conciencia, lo que lo hace un órgano crucial en la búsqueda del equilibrio y la armonía en la práctica del Chi Kung.
Fonación y movimientos del Bazo – Elemento Tierra.
Comienza este ejercicio con una inhalación lenta y profunda a través de las fosas nasales, permitiendo que el aire llene tus pulmones. Luego, al exhalar, emite el sonido «JUUUU». Siente cómo este sonido se origina en tus labios y se extiende por toda tu boca. A medida que realizas esto, dirige tu atención al área del bazo y el estómago, tomando conciencia de estas regiones y experimentando cómo expulsas las emociones negativas que pueden estar anidadas en estos órganos, como las preocupaciones, los pensamientos obsesivos o las ideas inquietantes que puedas tener.
La práctica de la respiración y la fonación se sincroniza con los movimientos físicos. Visualiza estos movimientos como si estuvieras comprimiendo y liberando un gran balón cerca de tu zona abdominal. Esta acción física ayuda a movilizar la energía en la región del estómago y el bazo.
Este ejercicio en particular se utiliza para abordar desequilibrios y enfermedades relacionados con el estómago, el bazo, el páncreas y la boca. La función principal de la pareja de órganos Bazo-Estómago es recibir y descomponer los alimentos, almacenándolos temporalmente antes de pasarlos al Intestino Delgado para su digestión posterior. Al practicar este ejercicio de manera regular, puedes mejorar tus habilidades de reflexión y cultivar la compasión, lo que contribuye a una mayor armonía en tu cuerpo y mente.
Metalonación y movimientos de los Pulmones – Elemento Metal.
Comienza este ejercicio con una inhalación lenta y profunda a través de las fosas nasales, permitiendo que el aire llene tus pulmones. Luego, al exhalar, emite el sonido «SSSSS». A medida que lo haces, dirige tu atención hacia la zona de los pulmones y, al mismo tiempo, estira los brazos. Siente cómo este sonido te ayuda a liberar las emociones negativas que pueden estar ancladas en este órgano, como la tristeza, el ánimo bajo, la melancolía y la depresión.
El movimiento físico asociado con esta práctica implica elevar ambos brazos en paralelo al tronco. Coloca las manos a la altura de las axilas y luego abre el pecho, empujando hacia adelante con las palmas abiertas. Este gesto físico no solo contribuye a la expansión de la caja torácica, sino que también simboliza la liberación de las emociones atrapadas en los pulmones.
Este ejercicio se utiliza para equilibrar la función de los pulmones, que forman una pareja Yin/Yang con el Intestino Grueso en la medicina tradicional china. Los pulmones tienen una serie de funciones vitales, como controlar la respiración, mantener la hidratación del cuerpo, nutrir la piel y el cabello. El control de la hidratación se refiere a la capacidad de transformar parte de los fluidos corporales en transpiración, que se excreta a través de los poros de la piel, y a redirigir parte de los fluidos corporales hacia el sistema de Riñón/Vejiga. Además, este ejercicio es particularmente efectivo para combatir los estados depresivos y promover un equilibrio emocional saludable.
Fonación y movimientos de los Riñones – Elemento Agua.
Comienza este poderoso ejercicio inhalando lentamente a través de las fosas nasales, permitiendo que el aire fluya suavemente hacia tus pulmones. Luego, al exhalar, emite el sonido «CHUOOO». A medida que realizas esta exhalación sonora, dirige tu atención y conciencia hacia la zona lumbar, donde residen los riñones. Experimenta cómo expulsas las emociones negativas atrapadas en este órgano, como el miedo, los traumas y los temores que puedas llevar contigo.
La práctica de este ejercicio implica movimientos específicos que involucran el masaje de la zona renal y sus meridianos. Imagina que tus manos están suavemente acariciando y liberando la tensión en esta área vital de tu cuerpo.
Este ejercicio se utiliza para sanar y fortalecer los riñones y la vejiga. Los Riñones forman una pareja Yin/Yang con la Vejiga en la medicina tradicional china, y desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la salud general. Además de almacenar sustancias esenciales, controlar la reproducción, el crecimiento y el desarrollo, producir médula, controlar los huesos y recibir el aire de los pulmones (conocido como la recepción del CHI), los riñones también tienen una conexión especial con el oído como su apertura externa.
Un aspecto clave de los riñones es su capacidad para almacenar la sustancia basal (JING), que se considera el depósito de toda la energía vital de nuestra vida. Por lo tanto, este ejercicio es especialmente efectivo para liberar y disolver los miedos, traumas y ataques de pánico, permitiéndote cultivar una mayor calma y equilibrio emocional en tu vida.
Fonación y movimientos del Triple Calentador.
La biomecánica de este ejercicio es fascinante. Comienza inspirando profundamente mientras elevas tus manos y brazos al mismo tiempo. A medida que tus manos se elevan hacia el pecho, permite que las palmas de las manos y los antebrazos se abran hacia afuera, creando una imagen reminiscente del gesto icónico del Cristo Redentor. Luego, de manera fluida, comienza a bajar los antebrazos y las manos, guiándolos hacia el centro de tu cuerpo, como si estuvieras deslizando un limpiaparabrisas. Mientras realizas esta acción, emite el sonido «JIIIII» de manera sostenida hasta que los antebrazos quedan ligeramente entreabiertos en la parte inferior de tu cuerpo, con las palmas hacia afuera.
En la Medicina Tradicional China, el concepto del triple calentador no se refiere a un órgano o víscera específica, sino más bien a una función de regulación que se encarga de la transformación y movimientos energéticos en el cuerpo. Además, cumple un papel importante como conducto para los líquidos. Este sistema, que forma pareja Yin/Yang con el Pericardio, se compone de tres áreas del cuerpo, a menudo denominadas «hornos» (calentador inferior, medio y superior). Cada uno de estos hornos está relacionado con funciones específicas relacionadas con la regulación de la temperatura y los líquidos en el cuerpo.
Este ejercicio se destaca por su capacidad para combatir el insomnio y mejorar la calidad del sueño. Al trabajar en la activación y regulación de la función del triple calentador, se promueve un equilibrio interno que puede ayudar a las personas a conciliar el sueño de manera más efectiva y disfrutar de un descanso reparador.
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Después de completar los ejercicios de emisión de sonidos, es fundamental llevar a cabo una fase de relajación y concentración adicional. En este punto, enfocamos nuestra atención en la conservación de la energía que hemos movilizado durante la práctica.
Comenzamos este proceso aplicando suaves masajes circulares alrededor de nuestro ombligo, repitiendo este gesto diez veces. Este acto tiene la intención de reunir y concentrar la energía en este centro vital, permitiendo que se asiente y se estabilice en nuestro interior.
Mientras realizamos esta acción, cultivamos una sonrisa en nuestro rostro. Esta sonrisa no solo es un gesto de satisfacción por el trabajo realizado, sino que también representa un estado de tranquilidad y gratitud hacia nosotros mismos y hacia el proceso de autocuidado que hemos emprendido.
Concluimos nuestra práctica con esta fase de relajación y concentración, reconociendo el valor de preservar y nutrir nuestra energía vital. Al sonreír y dar por terminada la práctica, sentimos una sensación de bienestar y equilibrio que nos acompaña en nuestro día a día.