Todos sabemos que existen dos estados primarios de conciencia: la vigilia y el sueño. ¿Pero sabías que también hay un estado intermedio?… A este estado se llama hipnagogia, una palabra que deriva de las palabras griegas «hypnos» (sueño) y «agogos» (líder), que significa el estado que conduce al sueño.
¿Alguna vez, cuando estas en la cama para dormir, has experimentado un extraño estado en el que las imágenes, los colores, los sonidos e incluso las historias de sueños aparecen en tu mente?… ¿Alguna vez cuando te vas a quedar dormido, has visto un caleidoscopio de colores y formas flotando dentro y fuera de tu mente … o cosas extrañas como podrían ser caballos convirtiéndose en helicópteros?… Estas experiencias son la hipnagogia en acción y es probable que la experimentes varias veces a la semana, o incluso todos los días antes de dormir.
La hipnagogia se puede aprovechar para potenciar nuestra creatividad o resolver algunos problemas, utilizarla como una forma de metacognición para investigar los procesos de pensamiento propios, o simplemente disfrutarla como una exploración de la conciencia.
Y… ¿cómo podemos hacer para que este estado de hipnagogia, contribuya a nuestra autocomprensión y a nuestro crecimiento espiritual?… Vamos a verlo…
La hipnagogia y la hipnopompia
Existen dos estados oníricos que se entrelazan entre el sueño y la vigilia: la hipnagogia y la hipnopompia. Estos estados se aferran a los límites del sueño. Es posible que estés familiarizado con estos estados, pero también es posible que nunca les hayas prestado mucha atención.
Mientras nos adentramos en el sueño nocturno, durante una siesta o en momentos de cansancio, experimentamos la hipnagogia, aunque puede ser que solo seas consciente de ella cuando luchas por mantenerte despierto. En este estado de transición al sueño, es posible que nos encontremos con rostros inquietantes, escuchemos conversaciones extrañas (no fisicamente) o sintamos la sacudida de una caída. Cuando sentimos que nuestro brazo o pierna se sacude involuntariamente, es cuando podemos reconocer que estamos experimentando los efectos de la hipnagogia.
Por otra parte, por la mañana salimos del sueño a través de la hipnopompia. Esta es la gemela de la hipnagogia, pero que aparece en nosotros cuando despertamos. En este tipo de despertar nos encontramos tumbados en la cama, envueltos en una sensación de calidez y comodidad. Es entonces cuando podemos notar cómo empezamos con pensamientos y se acaba transformado en un sueño. Los recuerdos se mezclan y para cuando te quieres dar cuenta, te vuelves a sumergir en el sueño. Tal vez no estábamos tan despiertos como creíamos.
Tipos de hipnagogia
Dependiendo si somos personas visuales (orientada a la imagen), auditivas (orientada al sonido) o kinestésicas (orientada al físico), la experiencia hipnogógica variará. Aquí te presentamos varias formas comunes en las que se experimenta la hipnagogia.
- Imágenes : Estas pueden ser monocromáticas o totalmente coloridas, estáticas o en movimiento, planas o tridimensionales. También estas imágenes pueden ser fugaces o formar escenas enteras de ensueño.
- Sonidos : Pueden ser altos o bajos e implica poder escuchar música, voces, fragmentos de conversación, lluvia, viento, ruido blanco, palabras repetitivas, que nos llamen por nuestro nombre, etc.
- Acciones repetitivas : Estas aparecen cuando nos encontramos haciendo algo muy repetitivo (como quizas al trabajar, jugar al ajedrez, hacer ejercicio, leer). En este caso podemos encontrarnos haciendo lo mismo mientras caemos en el estado hipnagógico.
- Sensaciones físicas : Se puede experimentar sabores, olores, texturas y sensaciones de frío y calor durante la hipnagogia. Ademas sensaciones de flotación, caída, abandono del cuerpo o cambio de forma.
- Procesos mentales : Al borde del sueño, los pensamientos comienzan a tomar una cualidad fluida y de libre asociación en la que se transforman y evolucionan en formas inusuales, abstractas e innovadoras, sin influencia del ego.
- Parálisis del sueño : Esta incapacidad temporal para movernos puede, en algunos casos, acompañar a la hipnagogia. Sin embargo, aunque este estado puede parecer alarmante y agobiante, estate tranquilo porque es inofensivo.
La hipnagogia en la historia… Dali y el Yoga del sueño
A lo largo de la historia, numerosos escritores, artistas y filósofos han recurrido a la hipnagogia como una fuente de inspiración para generar nuevas ideas, reflexiones e incluso invenciones.
Figuras históricas destacadas como el artista Salvador Dalí, la escritora Mary Shelley y el inventor Thomas Edison, han utilizado la hipnagogia como una herramienta para estimular nuevas ideas. Tanto Dalí como Edison, por ejemplo, emplearon técnicas similares al sostener objetos en sus manos mientras se adentraban en el estado hipnagógico, despertándose rápidamente una vez que el objeto caía y golpeaba el suelo. Este repentino despertar les permitía salir del estado de hipnagogia y plasmar rápidamente los pensamientos e imágenes que habían surgido en sus mentes.
En el budismo tibetano, los estados hipnagógicos son utilizados como una herramienta para practicar el «yoga de los sueños». El yoga de los sueños es una forma de práctica espiritual que se fundamenta en la idea de que los estados similares a los sueños pueden ser aprovechados para entrenar la mente y elevar la conciencia espiritual. Esta autodisciplina puede ser un medio para alcanzar la experiencia de la iluminación.
Incluso psicólogos como Carl Jung y Sigmund Freud se han interesado mucho por los sueños y sus posibles significados. Jung era conocido por su fascinación por los sueños y su conexión con la mente inconsciente desde la infancia.
La hipnagogia y nuestra mente inconsciente
El estado de la hipnagogia, podemos usarlo para lograr un descubrimiento psicológico más profundo al identificar patrones, interpretar las imágenes que emergen y conectar con los aspectos fragmentados de uno mismo. La hipnagogia es una poderosa forma de exploración personal que tiene el potencial de unirnos con la Totalidad de nuestro ser.
La mente inconsciente es la faceta de nuestro cerebro que alberga todo aquello que de alguna forma hemos enterrado y olvidado: recuerdos, mecanismos de defensa, heridas, traumas ancestrales, fuerzas arquetípicas o incluso subpersonalidades. En ella se encuentra un vasto tesoro de información y experiencias que influyen en nuestro ser y en las respuestas que damos al mundo que nos rodea.
En el estado de hipnagogia, podemos observar nuestra mente inconsciente y su contenido a medida que aparece y comienza a burbujear.
Si deseas aprender una técnica sencilla y efectiva para utilizar la hipnagogia y explorar tu inconsciente, te invito a practicar lo siguiente…
Pasos para un correcto trabajo con la hipnagogia
1. Establecer una intención
Prepara tu mente antes de ir a dormir o a echarte una siesta. Puedes hacerlo dedicando 20-30 minutos, para reflexionar sobre lo que deseas explorar. Por ejemplo, tu intención podría ser descubrir las razones detrás de tus dificultades para mantener el autocontrol con ciertas personas, identificar creencias limitantes que obstaculizan tu felicidad o cualquier aspecto relacionado contigo como individuo.
Es útil ser claro acerca de la intención y resumirla en una frase. Por ejemplo, una intención resumida podría ser «Deseo comprender por qué siempre atraigo a parejas inadecuadas»… o «Quiero descubrir cómo fortalecer mis límites sociales»… o «Quiero comprender por qué me siento tan infeliz y desorientado/a», entre otras posibilidades.
2. Encuentra algo para registrar tu experiencia
Antes de sumergirte en la hipnagogia, busca un cuaderno, un diario, un bloc de dibujo o una aplicación de grabación por voz en tu dispositivo móvil, y colócalo cerca de tu cama o sofá.
3. Programa una alarma suave
Por lo general, se tarda entre 10 y 20 minutos epara conciliar el sueño. Tómate un momento para reflexionar sobre cuánto tiempo te lleva aproximadamente el echo de quedarte dormido. ¿Te duermes rápidamente?… En ese caso, puedes configurar la alarma de tu teléfono o reloj en 10 minutos. Si te lleva más tiempo conciliar el sueño, prueba ajustando la alarma a 20 minutos. Con práctica y evaluando tu nivel de cansancio previo, podrás ajustar hábilmente la alarma al tiempo perfecto que necesites.
4. Echate una siesta
Recuerda, tu intención no es necesariamente quedarte dormido/a (aunque si eso sucede, no te preocupes, puede requerir algo de práctica). Simplemente acuéstate en tu cama, sofá o cualquier lugar cómodo que prefieras y relájate. Si lo necesitas sigue el proceso de Acceso a la Hipnagogia que te presentamos mas abajo.
5. Observa tu mente
Ten presente que tu objetivo no es quedarte dormido/a (aunque si eso sucede, no te preocupes, con la práctica lo conseguiremos). Simplemente recuéstate en tu cama, sofá o en cualquier lugar cómodo de tu elección y relájate.
6. Hora de grabar
Llegará el momento en el que sonará tu alarma. (Asegúrate de configurar una alarma suave para evitar brusquedades). Una vez despierto/a, toma nota o escribe rápidamente todo lo que hayas escuchado, visto, sentido o experimentado. Realiza esta acción en cuanto suene la alarma para evitar olvidos.
7. Interpretación
Reflexiona sobre lo que has escrito, dibujado o grabado. Observa cuáles son los primeros pensamientos o sentimientos que surgen en tu mente. Si experimentas una sensación de verdad y un descubrimiento tanto físico como emocional, es probable que hayas encontrado la interpretación correcta. ¿Te inspira, emociona o conmueve tu interpretación? Si es así, es probable que estés interpretando correctamente.
Recuerda que las imágenes hipnagógicas pueden ser muy abstractas o directas, y su naturaleza puede resultar impredecible. A veces, puede llevar tiempo interpretar lo que has experimentado. Es posible que en ocasiones el contenido que has anotado no sea relevante para tu pregunta o intención. Sigue practicando. A menudo, las imágenes, palabras, sonidos y sensaciones pueden parecer fuera de lugar para tu pregunta inicial. Sin embargo, cuando vuelvas a revisarlo algunos días más tarde, algo puede «hacer clic» y de repente descubrirás lo simbólicos que son.
8. Medita tu descubrimiento
Después de haber interpretado tu contenido hipnagógico, es bueno dedicar un tiempo para sentarse y reflexionar sobre él. Medita en las implicaciones, lecciones y consejos que pudiste percibir durante ese estado. Te recomiendo que lleves un diario en el que puedas plasmar tus experiencias, ya que esto te ayudará a profundizar en tu capacidad de aprendizaje y crecimiento a partir de esta práctica.
Como acceder a la Hipnagogia
- Acuéstate o siéntate y relaja tu cuerpo y mente tanto como te sea posible.
- Con los ojos cerrados, deja que tu mente divague, pero no te duermas. Quédate observando y esperando una imagen, una idea, un recuerdo borroso o quizás un sonido lejano. Un buen comienzo es estar centrado en lo que ves con tus ojos aunque los tengas cerrados.
- De repente, algo aparecerá. Puede ser solo un pequeño destello visual o un pensamiento a la deriva. Tal vez sea un tono leve, una voz a lo lejos o una emoción desconocida. Sea lo que sea, respira lenta y suavemente y permítele tomar forma, moverse y cambiar por sí mismo.
- Usa tu exhalación para relajar tu cuerpo aún más. Mientras exhalas, siente como te hundes mas en tu sofá o cama. La exhalación eliminará la tensión y la energía de tu mente y cuerpo.
- Si comienzas a quedarte dormido, agudiza tu conciencia. El truco es hacerlo solo un poco, para que no te despiertes por completo. Trata de prestar un poco más de atención al acto de prestar atención.
- La práctica hace al maestro. Especialmente al principio, el sueño hipnagógico suelen ser experiencias simples que terminan rápidamente. Pero con el tiempo, este ejercicio te ayudará a entrar en la hipnagogia más fácilmente y a permanecer allí durante largos períodos de tiempo.
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La hipnagogia es un mundo fascinante lleno de posibilidades infinitas. Lo más sorprendente es que ofrece una puerta de entrada fácil a la mente inconsciente. Aprovechando este estado mental, tenemos la oportunidad y la capacidad para resolver problemas, obtener orientación y experimentar una mayor paz y plenitud interior. Es una herramienta invaluable para explorar y aprovechar el poder de nuestra mente.