Inducción a la relajación – recorrido del cuerpo

Debido al estresante estilo de vida que impera en nuestra sociedad, conseguir relajarse muchas veces se convierte en una misión imposible. Para conseguir ese estado zen, compartimos contigo alguna técnica de relajación.

¿Qué es la relajación?

La relajación debe considerarse nuestro estado natural que nos aporta fundamentalmente un profundo descanso, al mismo tiempo que nos ayuda a equilibrar el metabolismo, el ritmo cardiaco y la respiración. La relajación también nos libera de posibles tensiones, ya sean musculares o psicológicas que se van acumulando con el paso del tiempo.

También debemos destacar que poniendo en práctica determinadas técnicas de relajación conseguimos una intensa sensación de bienestar, calma y tranquilidad, muy próxima a la que experimentamos con el sueño profundo pero con la diferencia de disfrutarla en un estado de vigilia.

Si estamos relajados conseguimos un alto estado de sensibilidad y receptividad natural, lo que desemboca en una mayor atención desde cada una de las células de nuestro cuerpo. Así, el gasto de energía es mínimo y repercute positivamente en nuestro estado general, sobre todo en el psicológico.

Relajación para hacer frente al estrés

Relajarse es la mejor solución para hacer frente al día a día, donde las prisas, los miedos y el estrés son los protagonistas. Es importante indicar que la relajación no puede sustituir la visita al médico o cualquier tratamiento que el especialista haya prescrito. En el caso de que los síntomas por estrés se agraven es crucial contar con un seguro de salud al que recurrir en cualquier situación de crisis.

Al practicar la relajación tenemos que desconectar completamente de todo lo que nos rodea y centrarnos únicamente en nuestro interior para conseguir escucharnos a nosotros mismos, observarnos sin prejuicios y tomar conciencia de lo que queremos conseguir. Sólo de esta forma nuestro cuerpo y mente podrán trabajar con total armonía y sentirse después totalmente rejuvenecidos, llenos de energía y vitalidad.

Beneficios de la relajación:

Alivia los dolores de cabeza.

Pone fin al insomnio.

Reduce la presión arterial y controla los problemas derivados de la hipertensión.

Alivia los dolores musculares, sobre todo los de espalda y cuello.

Aumenta la creatividad, fundamentalmente en momentos de “bloqueo mental”.

Controla las crisis de angustia.

Reduce los niveles de colesterol.

Reduce el estrés general y contribuye a alcanzar la paz interior y el equilibrio emocional.

Alivia los síntomas propios de la ansiedad, como palpitaciones, náuseas, aturdimiento, sudoración, diarrea, miedo, mareos, etc.

Aprendiendo a relajarse

Si se realizan las técnicas de relajación correctamente, los efectos serán inmediatos a partir de la primera sesión, aunque al principio puedes notar que tu cuerpo reacciona de forma muy diferente a la calma (entran ganas de ir al baño, te acuerdas de tareas pendientes, sobresaltos, etc.).

Los beneficios físicos y emocionales empezarán a ser evidentes cuando lleves varias semanas practicando la relajación con asiduidad. Es conveniente realizarlo a diario para poder conseguir mejores beneficios y efectos permanentes.

Después de un tiempo practicando técnicas de relajación se convertirá en una tarea sencilla que conseguiremos realizar en unos instantes. Llegará un momento en que el estado de calma será una parte intrínseca de nosotros e incluso con permanecer sentado o respirar de forma consciente lograremos alcanzar la relajación total.

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