Constantemente recibimos información del exterior a todos los niveles: mente, cuerpo y espíritu, en forma de pensamientos, emociones, sensaciones en nuestro cuerpo, sueños e inspiración. Es como una conversación y comunicación constante que va dando forma a nuestra vida y a nuestro día a día. Desafortunadamente, casi toda esta información que nos llega la perdemos ya que apenas tenemos tiempo para escucharla al dejar de escuchar los mensajes que nos da el cuerpo.
Todos hemos experimentado alguna vez esa sensación de luchar contra nuestro cuerpo para poder cumplir con nuestra vida diaria. Puede ser que nos obliguemos a ignorar ciertos dolores o emociones para cumplir con nuestras responsabilidades. Sin embargo, este tipo de comportamiento puede ser perjudicial para nuestra salud a largo plazo.
Si ignoramos las señales y mensajes de nuestro cuerpo y las emociones no resueltas, puede dificultar la identificación del inicio de algún tipo de enfermedad o problema emocional. Es fundamental que prestemos atención a las señales que nuestro cuerpo nos envía y no las ignoremos. Debemos ser conscientes de nuestras emociones y buscar formas saludables de procesarlas y tratarlas. Tomarse un tiempo para cuidar nuestra salud física y emocional puede parecer un desafío, pero a largo plazo nos permitirá vivir una vida más plena y saludable.
En nuestro viaje espiritual, a veces podemos sentirnos desconectados y perdidos. Puede parecer que nuestra conexión con nosotros mismos y con el universo está de alguna forma borrosa y estancada. Sin embargo, siempre podemos reducir la velocidad, tomarnos el tiempo para volver a conectar y recordar que tenemos el poder de hacer estas conexiones en cualquier momento si somos más conscientes de lo que sucede en nuestra mente, cuerpo y entorno.
4 Formas de escuchar los mensajes del Cuerpo.
1. Medita y respira
Existen muchos beneficios que podemos obtener de la meditación y del pranayama. Las posibilidades son infinitas ya que cada uno de nosotros es diferente y encontrará algo que funcione de una manera única.
La meditación es una poderosa herramienta que nos permite escuchar los mensajes de nuestro cuerpo y de nuestra alma de una manera más profunda. Al practicar la meditación regularmente, podemos aprender a prestar atención a nuestros pensamientos y emociones, y permitir que nuestros mensajes internos nos hablen de una manera mas clara.


Además, a través de la meditación, podemos aprender a relajar nuestros músculos y a liberar la tensión que a menudo llevamos en nuestro cuerpo físico sin siquiera darnos cuenta. La respiración profunda y consciente nos ayuda a conectar con nuestro cuerpo de una manera más profunda y por consiguiente nos ayudará también a aliviar el estrés y la ansiedad.
En mi experiencia personal, he notado que la meditación me ayuda a ser más consciente de mi cuerpo y de las sensaciones que experimento en él. Al estar en silencio y respirar profundamente, puedo sentir cómo mi cuerpo se relaja y cómo la tensión que ni siquiera sabía que tenía, se libera.
Es muy positivo dedicar un tiempo a explorar nuestro cuerpo y nuestras sensaciones, aunque a veces no comprendamos del todo el significado o el efecto que pueden tener en nosotros las técnicas de meditación y respiración. Pero lo importante es tener la oportunidad de conocernos mejor y conectar con nuestro ser interior.
2. Disminuye la velocidad cuando sientas que algo no funciona
Cuando adquirimos una mayor conciencia de nosotros mismos y del cómo creamos nuestras vidas, dejamos de ser meros espectadores inconscientes de lo que nos sucede. Nos convertimos en los protagonistas de nuestras experiencias, tomando una participación activa y consciente en todo lo que vivimos.
Nos damos cuenta de que nuestros pensamientos, emociones y acciones tienen un poderoso impacto en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Por eso, asumimos la responsabilidad de nuestras elecciones y decisiones, y trabajamos de manera proactiva para crear la vida que deseamos.
En lugar de reaccionar ante las circunstancias, tomamos la iniciativa para dar forma a nuestro destino. Nos enfocamos en nuestros objetivos y metas, y nos esforzamos por ser coherentes en nuestras acciones con nuestros valores y principios. De esta manera, podemos vivir plenamente y de manera satisfactoria, siendo los verdaderos arquitectos de nuestra propia vida.
Así como nuestro cerebro envía señales a todas las partes del cuerpo para que se muevan y actúen, nuestros pensamientos, palabras y acciones también tienen un impacto directo en nuestra vida. Es por eso que si nos enfocamos en hablarnos de una manera positiva, nos cuidamos y tratamos nuestras tensiones, entraremos en una dinámica de autocuidado físico, emocional y espiritual, que nos permitirá vivir una vida plena y satisfactoria. Debemos comprometernos a honrar los mensajes que nos aparecen, prestando atención a las señales para poder cuidar mejor de nosotros mismos.
3. Presta atención a los patrones en tu vida.
Al igual que en la naturaleza, muchos de nuestros comportamientos y experiencias como seres humanos siguen ciertos ritmos y ciclos. Por ejemplo, algunos de nosotros podemos sentir una sensación de renovación y limpieza cuando la lluvia cae sobre nosotros, o experimentar una mayor necesidad de introspección y reflexión durante los ciclos lunares.
Esto no significa que todo lo que experimentamos sea al azar o carezca de significado. Por el contrario, estas sensaciones y experiencias pueden ser señales importantes de nuestro estado emocional y mental, y pueden ayudarnos a conectar con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Es importante estar conscientes de estos ritmos y ciclos, y de cómo afectan nuestro bienestar. Al hacerlo, podemos aprovecharlos para mejorar nuestra salud física y emocional, y encontrar un mayor equilibrio y armonía en nuestras vidas.
Una manera útil de explorar nuestros patrones y ciclos de vida es a través de la escritura de un diario. Al hacerlo, podemos registrar información sobre la fase lunar, la estación del año, el clima y, para algunos, incluso el pronóstico astrológico en relación a nuestras experiencias y emociones.

Al llevar un diario, podemos descubrir patrones en nuestras emociones y comportamientos que podrían estar relacionados con los ciclos naturales del mundo que nos rodea. Por ejemplo, podemos notar que nos sentimos más energizados y motivados durante la primavera, o que durante la fase de Luna llena nos sentimos más emocionales o intensos.
Al identificar estos patrones, podemos aprender más sobre nosotros mismos, de los mensajes de nuestro cuerpo y encontrar formas de mejorar nuestro bienestar y equilibrio emocional. Además, llevar un diario nos permite reflexionar sobre nuestras experiencias y emociones, lo que a su vez puede ayudarnos a encontrar significado y propósito en nuestras vidas.
4. Confia en ti y en la vida
Es fundamental que nos honremos a nosotros mismos y seamos fieles a nuestros sentimientos. Debemos confiar en lo que sabemos y en lo que hemos experimentado como verdadero para nosotros, y evitar minimizar o desestimar nuestra propia luz interior.
Es importante recordar que nuestras sensaciones pueden ser cambiantes y fluctuantes, y está bien dejar que vengan y se vayan sin juzgarnos a nosotros mismos. En lugar de aferrarnos a nuestras emociones o tratar de controlarlas, podemos tomar nota mental de cómo nos sentimos y luego seguir adelante, confiando en que todo tendrá sentido con el tiempo.
Al honrarnos a nosotros mismos y ser auténticos con nuestros sentimientos, podemos establecer límites saludables y tomar decisiones que nos beneficien a largo plazo. Además, al permitirnos sentir y experimentar nuestras emociones sin juicio, podemos cultivar una mayor comprensión y aceptación de nosotros mismos.
Cuando reducimos la velocidad y prestamos atención, podemos conectarnos con el presente y apreciar las pequeñas cosas que la vida nos ofrece. A menudo, estamos tan inmersos en nuestras rutinas y preocupaciones que nos perdemos de las maravillas que nos rodean.
Tomar un momento para detenernos y respirar profundamente puede ayudarnos a sentirnos más presentes y conscientes. Podemos notar la suavidad de la brisa en nuestra piel, el aroma de las flores en el aire, o la belleza de la puesta de sol en el horizonte. Al hacerlo, podemos experimentar una sensación de calma y gratitud por lo que tenemos en nuestras vidas.
Además, estar abiertos a las maravillas de la vida puede inspirarnos y motivarnos a seguir explorando y descubriendo cosas nuevas. Podemos sentir una curiosidad renovada por el mundo que nos rodea y buscar oportunidades para experimentar y aprender y así escuchar todos los mensajes que nos da nuestro cuerpo.

