Existe una razón muy importante para Aprender a Relajarse en la sociedad en la que vivimos. Esto nos puede llevar a una mejora de nosotros mismos y de nuestra salud muy importante.
“No hacer nada es mejor que estar ocupado sin hacer nada”. –Lao Tzu
Si en alguna ocasión realizamos un viaje a Italia, descubriremos el concepto de «Il dolce far niente» o «la dulzura de no hacer nada». Esto no significa ser perezoso, es la idea de encontrar placer en la relajación. Es la capacidad de saborear esta experiencia, saborear la sensación de plenitud a medida que llenas lo que está vacío. Es una manera diferente de no hacer nada, mucho más que quedarse quieto y perder el tiempo. Ofrece la oportunidad de estar en el momento presente y mejorar su vida de manera sorprendente.
La sociedad actual ha cambiado a priorizar la hiperproductividad en nuestras vida, haciendo que la noción del no hacer nada parezca extraña, improductiva e ineficiente. Si queda tiempo sin llenar durante el día, existe la necesidad de llenarlo con algo. No es de extrañar que a la gente le resulte tan difícil relajarse y disfrutar de momentos como el del silencio.
Si la idea de pasar un tiempo relajándote y sin hacer nada te resulta incómoda, no estas solo. Esta es una habilidad que puedes haber perdido, pero que se puede volver a adquirir con un poco de práctica y paciencia. El potencial está dentro de ti, así que date permiso para por lo menos intentarlo.
Un significado más profundo
Para los italianos, «Il dolce far niente» forma parte de la vida cotidiana. Se observa familias dando un paseo juntos, bebiendo vino con amigos en una cafetería, disfrutando de un buen café y observando a los transeúntes. Se puede notar como hay un sentimiento de relajación y verdaderamente se disfruta el momento tal y como es. Es simple y puro. No hacer nada puede ser un acto en sí mismo.
También tiene un propósito muy importante, ya que proporciona una sensación de conexión, no solo entre tu entorno, sino también con uno mismo. Como resultado, terminas ganando una mayor claridad sobre lo que es lo importante para ti en la vida.
Vivimos en una sociedad estimulante, siempre activa y se ha convertido en la forma de vida predeterminada, especialmente en Occidente. Hay tanta presión para realizar y cumplir con las expectativas de aprovechar el tiempo al minuto, que día tras día, vamos conduciendo nuestra vida hacia el estrés.
En algún momento, la sociedad abandonó nociones como la relajación, la ociosidad y vivir el momento como una parte importante de la vida diaria. Tener períodos de tiempo con poca actividad siempre ha sido parte de la vida y sus antepasados lo aceptaron y disfrutaron de una manera que ha sido olvidada.
La importancia de aprender a relajarse
Con el movimiento místico de la atención plena, la noción de «Il dolce far niente» no es tan descabellada como se podría pensar. Deberíamos sentarnos de vez en cuando y presionar el botón de pausa en nuestra vida, dándonos el espacio para respirar profundamente y simplemente estar. Las prácticas de la atención plena como la meditación, el yoga o los paseos por la naturaleza, crean el espacio no solo para experimentar, sino también para reconocer los dulces momentos de la vida y aprender a relajarse. La turbulencia que podemos sentir en el interior, se puede comparar con un lodo que se ha removido tanto, que es difícil ver dentro de él, pero que se puede resolver durante momentos de silencio.
Comencemos a pensar en el tiempo que pasamos en soledad o en una actividad relajante, como una inversión para nuestra salud, longevidad y bienestar. La creencia de no tener suficiente tiempo en el día, es un mito que debe ser anulado. Todos tenemos la misma cantidad de tiempo en un día. Comencemos a ser conscientes de lo que consumimos en nuestro tiempo.
Al contrario de lo que se pueda pensar, estar demasiado ocupado puede ser contraproducente para nuestra vida. Piense en una lavadora llena de demasiada ropa. No se realiza correctamente el lavado porque no hay suficiente espacio para que la ropa se mueva. Este mismo concepto se puede aplicar a la vida en general. Puedes usar un poco de tiempo para ayudarte a conectarte con el pulso de la vida y disfrutar de los placeres que tiene para ofrecerte.
Estos son algunos de los beneficios que podemos experimentar al incorporar momentos más relajantes o placenteros de «no hacer nada» en sus días:
- Nos restaura, tanto mental como físicamente.
- Realiza una toma de tierra .
- Mejora las relaciones.
- Alivia el estrés.
- Nos volvemos mas productivos.
- Te conecta con tu intuición .
- Aumenta la creatividad.
- Permite tiempo para reflexionar.
- Ayuda a procesar ideas e información.
El arte del aprender a relajarse
Inicialmente, tratar aprender a relajarse puede ser abrumador y un poco agobiante. Su sistema nervioso puede haber sido sobreestimulado durante tanto tiempo, que podría ser difícil recalibrarlo y adaptarse a esta nueva actividad. No puedes esperar ir a máxima velocidad y luego poder detenerte sin permitirte un poco de tiempo de transición. Sé amable y paciente contigo mismo y comienza dando pequeños pasitos al principio. Es posible que deba darle a su cuerpo y mente un poco de tiempo para adaptarse y aprender la importancia de no hacer nada.
Ejercicio de práctica rápida
- Dedique de 5 a 10 minutos de tu tiempo, en casa, o en un lugar donde te sientas tranquilo y cómodo. Apaga todas las distracciones y avisa de que no lo molesten. Intenta colocar tu teléfono en una habitación diferente de la que estás ya que es una gran distracción.
- Ahora, cierra los ojos. Puedes optar por no cerrarlos y realizar lo que te haga sentir cómodo. Luego simplemente no haga nada, lo que sea que esto signifique para ti. La idea es que si alguien llamara y te preguntara que estabas haciendo en ese momento, dirías, «nada».
- Después de 5 a 10 minutos, observa cómo te sientes. ¿Fue incómodo? ¿Fue relajante?. Habrá muchos sentimientos y pensamientos que surjan, simplemente obsérvelos sin juzgarlos. Este es un punto de partida para ayudarte a probar el silencio y comenzar a aprovechar tu mundo interior donde residen tus necesidades y deseos. Encontraras que requiere un poco de práctica al principio. Intenta hacer esto todos los días durante un par de semanas, ponlo en tu calendario y observa cómo evolucionas y qué comienza a surgir en tu interior.
Hay muchas formas de crear actividades relajantes. Es un arte que perfeccionarás con el tiempo. Si necesitas algunas ideas, aquí hay algunas formas creativas de pasar el tiempo disfrutando de la dulzura de no hacer nada:
- Toma un baño de sal de epsom.
- Desconectate de la tecnología por un día.
- Lee un buen libro.
- Realiza ejercicios de respiración .
- Ten un día de descanso.
- Mira a tus hijos jugar.
- Descubre tu artista interior.
- Dale un abrazo a alguien.
- Toma una siesta por la tarde.
- Mira la puesta de sol o mira las estrellas por la noche.
- Cena con un querido amigo o ser querido.
- Disfruta tu comida.
- Da un paseo por la naturaleza .
- Medite .
Las opciones son infinitas. Recuerda que la idea es encontrar placer en momentos de ociosidad o relajación. Disfruta de esos momentos en los que tu corazón está lleno y te sientes más ligero, a medida que tus cargas van desapareciendo, incluso si es solo durante ese tiempo. Te estás dando el espacio para pensar y sentir profundamente de una manera que no puede suceder cuando te consume el ajetreo de tus actividades diarias.
No necesitas ir a Italia para experimentar Il dolce far niente. Es hora de relajarse y recuperar esa parte de ti mismo. Se te dio la capacidad de sentir y experimentar la vida de una manera complicada, a menudo desordenada, pero siempre hermosa. Aprovecha el regalo del puro placer que te dieron: ¡La vida es corta! ¿Qué harás hoy para comenzar a redescubrir la dulzura de no hacer nada?
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