Una de las herramientas más olvidadas y que fueron utilizadas en la medicina tradicional por muchos chamanes en la selva, es la inmersión en la madre naturaleza. Estamos hablando del aislamiento realizado en medio de un bosque, rodeado de nada más que árboles, hierba, rocas y algún animal ocasional.

¿Qué sucede cuando nos deshacemos de todas las distracciones modernas?… Nuestros televisores, nuestras computadoras, los móviles, la radio, incluso los periódicos y los libros… cosas que ciertamente tienen un valor socialmente hablando, pero que también nos alejan de nosotros mismos.

En este tipo de medicina antigua, la clave es deshacernos de cualquier cosa con la que podamos distraernos, independientemente de lo beneficiosa que pueda parecer.

Esta noción puede parecer extraña para muchos de nosotros que estamos acostumbrados a llevar un control en nuestra vida, ya sea llevando un diario o tomando notas cuando aprendemos algo nuevo. Después de todo, ¿cómo recordaremos lo que ocurrió y que tenemos que trabajar para avanzar?… Un curandero podría responder que el acto de registrar nuestros pensamientos, da lugar a la aceptación de nuestro cerebro racional, que es parte de lo que normalmente nos enferma en primer lugar.

Las prácticas de curación indígenas difieren mucho de la medicina moderna. En la medicina indígena, se le da mucha importancia a la investigación de los patrones de pensamiento y a la parte emocional que acecha debajo de los síntomas superficiales de las enfermedades. Las ceremonias basadas en las plantas sagradas, pueden catapultarnos a este reino impredecible de una forma alarmante, lo que puede ser muy beneficioso, pero también puede ser perjudicial. Otra forma de llegar a las prácticas de curación, requiere conciencia y visión interna periférica, y esto se consigue a través de la soledad en la naturaleza.

«Nuestros cuerpos son espejos de la madre naturaleza.
La madre naturaleza es el espejo de nuestra naturaleza interior. De esa manera, cada uno de nosotros somos nuestros mejores médicos.»

Roman Hanis, curandero
Una mujer sentada y practicando la inmersión en la madre naturaleza

Si esta forma de medicina te atrae, aquí dispones de un ejercicio que puedes probar sin importar dónde vivas. Esta práctica también se puede utilizar para aumentar cualquier método de curación que estemos actualmente implementando en nosotros. Unas palabras para los sabios… no os dejéis engañar por lo simple que puede parecer esta práctica .

Ejercicio de 90 minutos de soledad en la madre naturaleza

Tiempo necesario: 1 hora y 30 minutos

Vamos a realizar una inmersión en la madre naturaleza, para poder conectar con lo más profundo de nosotros.

  1. Planea el contacto con la naturaleza

    Planea 90 minutos esta semana para regalarte. Te embarcarás en un viaje corto.

  2. Elimina las distracciones

    Antes de salir de tu casa, retira todos los artículos de tu bolsillo o mochila que podrían ser una distracción, incluidos teléfonos móviles, tablets, revistas, periódicos, iPod, etc…

  3. Encuentra el lugar

    Encuentra un bosque o parque local que te atraiga y ve a él.

  4. Encuentra el espacio

    Cuando llegues, camina hasta encontrar un espacio alejado de cualquier estímulo provocado por el hombre, incluidas otras personas. Siéntate. No hay necesidad de cerrar los ojos, solo quédate quieto.

  5. Intenta la una conexión a tierra

    Si es posible, quítate los zapatos y las medias, dejando que tus pies toquen la tierra.

  6. Observa los pensamientos

    Comienza a mirar las secuencias de tus pensamientos y observa cómo van variando en el transcurso de 90 minutos

  7. Algunas cosas a las que puedes prestar atención

    – ¿Cuánto tiempo tarda tu mente en estar en silencio?
    – ¿Cual es la causa de que tu mente se vuelva hiperactiva?
    – ¿Qué pensamientos, positivos y negativos, comienzan a surgir?
    – ¿Qué puedes sentir sobre tu entorno inmediato?
    – Si estás trabajando en algún desafío sobre tu salud en particular, ¿qué pensamientos surgen al respecto?

Este tipo de práctica obviamente no es una cura de la noche a la mañana. Pero si tomamos 90 minutos de soledad, sin ningún tipo de distracción, una o dos veces por semana, la información sobre quienes somos realmente y en que parte de nosotros necesitamos ayuda, comenzará a aparecer. La información obtenida es lo que muchos curanderos usan para ayudar a trazar un mapa de medicamentos . Además, este mapa interno puede ser una ayuda crucial para la recuperación.

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